Nos vemos en otra vida. Con esas palabras y 200 kilos de dinamita, ‘El Tunecino’ se despidió de él en un parking de Madrid. Esta es su historia, la de un cómplice necesario. Gabriel Montoya Vidal, un menor de 15 años y el primer condenado por los atentados del 11M.
Crónica de un cooperante necesario
Aquel jueves 11 de marzo de 2004, diez mochilas cargadas con explosivos estallaron en cuatro trenes de Cercanías. Eran cerca de las 8 de la mañana, hora punta para trabajadores y estudiantes. El peor atentado de nuestra historia se llevó por delante la vida de 192 personas. Más de 2000 resultaron heridas.
Los explosivos utilizados en la masacre, salieron de Asturias y acabaron en Madrid. Cómo llegaron hasta las manos de los terroristas y quiénes lo hicieron posible se relata, detalladamente, en ‘Nos vemos en otra vida’.
La miniserie de Disney+ nos habla de la «trama asturiana». Un grupo de oportunistas y traficantes de poca monta unidos por sus carencias y adicciones. Entre ellos se encontraba Gabriel Montoya Vidal. El menor de 15 años que, junto a otros implicados, Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro, robó y transportó los explosivos usados para atentar el 11 de marzo.
«Nos vemos en otra vida», una adaptación del libro de Manuel Jabois
Jorge Sanchez Cabezudo («La noche de los girasoles» o «Crematorio») y su hermano Alberto («La zona») dirigen esta miniserie de ficción, adaptando de forma fiel el libro de Manuel Jabois. El periodista llegó a entrevistar en diferentes ocasiones, a un Gabriel reacio, adulto y en libertad.
Sentenciado a 6 años de internamiento y a 5 de libertad vigilada, en el 2015 ya había cumplido su condena. A partir de sus entrevistas y apoyándose en hechos probados por la sentencia, su libro ‘Nos vemos en esta vida o en la otra’, retrata rigurosamente la realidad de aquel Gabriel del 2004. El de los 15 años.

Y al igual que el libro, la serie no busca excusas ni refugios en el entorno social del ‘Baby’ (así le conocían) ni en la edad que tenía. Se limita a reconstruir los 6 meses de su vida antes del 11M y a contarnos, con breves pinceladas, las entrevistas que Jabois le hizo 10 años después. Y siempre desde la mirada objetiva de un observador imparcial.
Los hermanos Sanchez-Cabezudo retratan aquellos días y consiguen crear un thriller adictivo, cercano al neo-noir.
Fría, oscura y rigurosa miniserie de Disney+
Un adolescente problemático y sin estudios, vive en un barrio olvidado por las instituciones. Crece en una familia humilde de clase obrera en el extrarradio de Avilés. Entre pequeños trapicheos y fumando hierba, su oportunidad llega con Emilio Suárez Trashorras. Un camello petulante y fantoche de 27 años. La admiración que llegó a sentir Gabriel por su figura, explica la fe ciega en él.
A finales de enero, sus órdenes eran claras y Gabriel el ‘Baby’ las cumplió. Con una mochila que debía entregar a su llegada en Madrid, subió al autobús. El «Chino», uno de los suicidas de Leganés, la recogió. En su interior habían 20 kilos de dinamita.
El 28 de febrero, junto a Trashorras, Gabriel conducía un coche cargado con 200 kilos de Goma-2. Dirección la capital. Aquel día fue su último viaje. Diez días antes del 11 de marzo. «Me arrepiento de lo que pasó, no de lo que hice. Cuando necesitas dinero, ¿qué haces?». Los explosivos mataron a 192 personas. Gabriel cobró 1000 euros por aquel pedido.
‘Nos vemos en otra vida’ es una maravillosa excepción
Ni buenos, ni malos. Ni héroes ni villanos. Aquí nadie te anima a tomar partido. Un referente de sinceridad, elegancia y respeto a las víctimas. Lejos de dogmas, moralinas y discursos tendenciosos.
Los hermanos Jorge y Alberto Sanchez- Cabezudo, logran retratar sin juzgar, tratando al espectador como adultos. Una especie de seres inteligentes con capacidad de analizar los hechos desde un punto de vista crítico. En la linea de la miniserie irlandesa «No digas nada» y todo lo contrario a «La Infiltrada».
No solo es posible hablar de terrorismo y ser objetivo. También es necesario y sanador.