La culpa por haber nacido tras un doloroso aborto. La culpa por haber sucumbido ante la enfermedad. De haber sido elegido por un pederasta. Haber buscado nuevos horizontes montado en una bicicleta.
Culpable de leer buenos libros cuando los profesores intentaron recuperar las horas ausentes. Aprender de El Cid y La Metamorfosis: el renombre y el anonimato.
El Proceso, lo devoré mucho antes de conocer la burocracia. El dictador obligaba a los empleados fiscales a inscribirse en los fondos de pensiones. El libre albedrío le importaba un carajo, pero años después tuvimos oportunidad de elegir.
El cine permitió reinterpretar los clásicos durante esos tiempos de represión. Orson Welles filmaba los escenarios asfixiantes de Kafka, con picados y contrapicados, a ratos cielos opresivos.

Anthony Perkins aparecía minúsculo deambulando entre corredores y salas gigantescas, una hormiga nadando entre expedientes de juicios interminables.
Quedé atrapado en medio de una alegoría acerca del camino del hombre. «Deberá cavar túneles en su interior, buscándose a sí mismo, para que cuando llegue a la superficie no quede ciego».
Una ruta solitaria que se expresa en «Ante la ley» del propio Kafka, cuando el guardián de la puerta le dice al hombre que «nadie podía pretenderlo porque esta entrada era solamente para ti».
Las sombras de la animación se prolongaron bajo el alumbrado público. Crucé Plaza Ñuñoa recordando las palabras de los subtítulos. Una buena transcripción del cuento original. Palabras del juez rescatadas por el guion de El Proceso (ver tráiler).
«Llevar cadenas es a veces más seguro que ser libre». La libertad puede ser una pesada carga, mientras que la seguridad de las cadenas puede ser más deseable que la incertidumbre de la libertad.

A veces es necesario repetir una palabra dentro de la misma oración; otras veces es mejor pedir perdón por la reiteración. Me doy cuenta que es necesario pedir perdón muchas veces. Quizás a mi padre por haberlo contradicho en esos almuerzos interminables.
Desde los primeros años quise ser diferente y no imitar su forma de ser. Lo convertí en un enemigo, en vez de seguir sus consejos.
Soy culpable de escapar por la ventana y llegar de vuelta a medianoche casi al filo de los toques de queda.
Culpable de graduarme con honores y seguir las ingenierías que tanto odiaba mi padre. De escoger siempre mujeres que no fueron de su agrado.
Culpable de casarme y no hacer feliz a mi esposa. De huir por países distantes para encontrar alguna dirección.
Escribir novelas que son pura mermelada. Nunca las leyó, siempre tuvieron más de agraz que de dulce.
La maldición de obrar en su contra y nunca satisfacer sus deseos.
Ficha técnica
Título original: The trial
Año: 1962
Duración: 118 minutos
Producción: Francia
Dirección: Orson Welles
Guion: Orson Welles (Novela: Franz Kafka)
Reparto: Anthony Perkins, Romy Schneider, Jeanne Moreau, Orson Welles, Elsa Martinelli, Akim Tamiroff
Música: Jean Ledrut
Fotografía: Edmond Richard (B&W)
Género: Drama psicológico / Película de culto
Calificación: 10/10