«Espartaco» (1960), ninguno delata a su líder

«Espartaco» (1960), ninguno delata a su líder

Los amantes recobran las fuerzas para emular a sus héroes. Inscriben sus nombres junto a los de Kirk Douglas y Jean Simmons.

Sus tardes de cine eran memorables. En la televisión transmitían a diario diferentes películas donde abundaban los western. Ese día tocaba una de romanos: «Espartaco» de Stanley Kubrick.

La historia sucedía pocos años antes de la era cristiana y daba cuenta de la instrucción de los gladiadores en el circo romano… Un hijo de esclavos originaba una rebelión en contra del abuso de los patricios.

Paralelamente narraba la historia sentimental entre el protagonista y Varinia… Las miradas de Kirk Douglas y Jean Simmons coincidían con los primeros besos de María Jesús y Francisco.

Los esclavos se agrupan para combatir a los ejércitos de Craso.

Los protagonistas hacían el amor… Primeros planos que no mostraban lo que descubren estos adolescentes…

Están completamente desnudos y dejan de mirar el televisor… Los amantes no prestan atención al sonido y las imágenes. Francisco las ve reflejadas sobre la blanquecina piel de su amada, transformándose en un intérprete de épocas distantes.

Los senos que tiene enfrente son del presente y le pertenecen. Los besa tiernamente y ve como despiertan. El ombligo adquiere vida al contacto con los besos que repliegan la marea de su abdomen.

Jean Simmons

Divisa, o más bien huele, lo que se esconde entre los vellos. Extasiado por la fragancia, Francisco sigue descendiendo por el valle hasta perderse en una zona húmeda a cuyo contacto María Jesús deja escapar un leve gemido.

Le sucede un pequeño espasmo de chanchito de tierra. Mira su hermoso rostro y no existe ninguna prenda que impida unir sus cuerpos.

Siente a Espartaco bajo su vientre.

No lleva coraza y lo viste de látex. Arremete, no contra el enemigo, sino internándose en su profundidad. Es poderosa la energía que emana del interior. La besa desesperado para que las descargas fluyan armónicas.

El amor se materializa en esos dos puntos, pero es tan fuerte la pasión que Francisco termina tiritando junto a María Jesús…

Los esclavos han vencido a una legión romana… Los jóvenes se miran y recorren cariñosamente, mientras Espartaco contacta a una flota de piratas para transportar su ejército fuera de la península.

Charles Laughton

La joven se acurruca y adhiere a la piel de su amado.

La intercesión de Craso desbarata sus planes y Espartaco (ver tráiler) es obligado a enfrentar a las fuerzas romanas que los cercan desde todos los flancos.

Comparte con Varinia la que podría ser su última noche.

Los amantes recobran las fuerzas para emular a sus héroes. Inscriben sus nombres junto a los de Kirk Douglas y Jean Simmons.

Enlazan sus cuerpos y esta vez la energía corre libre a través de sus venas y arterias. Sienten que los latidos de su corazón se funden en uno solo.

Las huestes de Espartaco se unen para enfrentar a las legiones y se produce una masacre que pasa desapercibida al oído de los amantes.

Están contenidos en sus miradas.

Se reencarnan en Varinia y Espartaco, convirtiéndose en cuatro dioses reunidos por toda la eternidad.

Los sobrevivientes son recapturados y ninguno delata a su líder.

Kirk Douglas

Craso los hace crucificar en la entrada de Roma, al tiempo que María Jesús y Francisco son elevados al cielo.

Disfrutan de la libertad de amarse en medio de miles de gotas de sudor. Espartaco es atravesado por el dolor, pero sus ojos se muestran confiados en el fruto de su amor.

Francisco besa su vientre y Varinia está orgullosa de que su futuro hijo nacerá libre.

Ficha técnica

Título original: Spartacus

Año: 1960

Duración: 196 minutos

Producción: Estados Unidos

Dirección: Stanley Kubrick

Guion: Dalton Trumbo (Novela: Howard Fast)

Reparto: Kirk Douglas, Jean Simmons, Tony Curtis, Laurence Olivier, Peter Ustinov, Charles Laughton

Música: Alex North

Fotografía: Russell Metty

Género: Épico / Drama / Antigua Roma

Calificación: 9/10