Marco Tulio Cicerón (I a.C.) fue un jurista, político, filósofo, escritor y orador romano. Es considerado uno de los más grandes retóricos y estilistas de la prosa en latín de la República romana. Creó un elaborado estilo de prosa, que combina claridad y elocuencia y que se ha convertido en uno de los modelos por los que se juzga todo el resto de la prosa latina.
Su obra contribuyó mucho al enriquecimiento del vocabulario de su propio lenguaje. Para Cicerón el mejor orador debe ser capaz de cultivar tanto un estilo elevado como uno simple.
La muerte de Cicerón
A pesar de su habilidad política, Cicerón no pudo evitar el colapso de la República. Su enfrentamiento con Julio César, y más tarde con Marco Antonio, lo llevó a su trágico final. En el año 43 a.C., fue ejecutado por orden del Segundo Triunvirato, pero su muerte no apagó su influencia.
Como anécdota, tras su asesinato a manos de Marco Antonio, éste ordenó decapitarle para poder insultarle a la cara. Entonces, Fulvia, esposa de Marco Antonio, le abrió la boca, le arrancó la lengua y clavó tres de sus horquillas en ella para que no pudiese volver a hablar en su vida tras la muerte.
Cicerón influyó mucho en la posteridad. Su visión de una república basada en la virtud cívica y su defensa de la libertad y la justicia marcaron a San Agustín Petrarca y Maquiavelo.
No obstante, Séneca y Erasmo de Rotterdam consideraban su estilo demasiado recargado.
La filosofía y la política
Marco Tulio Cicerón dio una gran importancia la retórica, mezclando en ella los dos campos a los que más se dedicó: la filosofía y la política.
La retórica busca lo verosímil, no la verdad debido a los problemas para encontrar la evidencia. Cicerón a pesar de ser también filósofo, se siente político antes que ello, poniendo antes la práctica que la teoría. Los inconvenientes de la práctica frente a la teoría son aparentes, no reales. El objetivo del sentido común tiene que ser descubrir lo falso y, a partir de ahí, hallar lo verdadero.
Un buen ciudadano debe obedecer a las leyes y los sabios tienen que ser hombres políticos.
La república tiene que formarse por el consenso de los ciudadanos. No es lo mismo el mejor régimen (puede ser irreal) y el mejor régimen posible (que siempre es real). Defiende una constitución mixta, es decir, un equilibrio de poderes entre los gobernantes y el pueblo romano. Es necesario atender al pueblo real como reflejo de la heterogeneidad de la sociedad. Da importancia a la censura como reforma del Senado y también se la da a los tribunos de la plebe.
Hay dudas sobre si existe una idea de justicia universal en Cicerón. La religión debe servir para crear un vínculo en el Estado dando igual que sea cierta o no. Los dioses se interesan por los humanos, porque es bueno para la República. La relación con los dioses se da de forma directa al igual que sucede con los estoicos. Hay paralelismo entre las jerarquías del panteón y los cargos públicos el Estado. Tanto los dioses como los hombres tienen las mismas leyes a las que deben seguir.
10 Frases sobre Cicerón
«Aparta un amor viejo con un amor nuevo, como un clavo saca otro clavo»
«Cuando aspiras a alcanzar el puesto más alto, recuerda que es honorable la segunda, o tercera posición»
«Nada hay más injusto que buscar premio en la justicia»
«La ciencia que se aparte de la justicia más que ciencia debe llamarse astucia»
«La sola idea de que una cosa cruel pueda ser útil es ya de por sí inmoral»
«Como nada es más hermoso que conocer la verdad, nada es más vergonzoso que aprobar la mentira y tomarla por verdad»
«Nada corre tanto como la calumnia, nada se lanza con más facilidad, se acoge con más presteza y se difunde tan ampliamente»
«Una cosa es saber y otra saber enseñar»
Escrito por Octavio Augusto