En el estudio de la Historia ha habido destacados investigadores que marcaron una etapa. Han sido varios, desde Modesto la Fuente hasta Edward Palmer Thompson, los que cambiaron la Historia con sus interpretaciones y con la creación de conceptos nuevos. En lo que se refiere a los estudios sobre la Edad Media europea destacó sin duda un historiador belga llamado Henri Pirenne.
De hecho, se puede decir que Pirenne inició un cambio de paradigma al centrarse en la historia socioeconómica y no tanto en los grandes personajes ni en epopeyas nacionalistas propias de la Historia que se daba en las universidades de los diversos Estados de la Europa del siglo XIX y principios del siglo XX.
La visión de Pirenne sobre la Edad Media y su inicio ha influido en numerosos historiadores. Fue rompedora en su época, como también fue importante su explicación sobre el renacimiento urbano medieval. En este post pretendemos explicar todo esto. Pero antes debemos conocer un poco sobre la vida de Henri Pirenne.
La trayectoria de Henri Pirenne
Henri Pirenne nació en 1862 en la localidad belga de Verviers. Procedía de una familia de empresarios industriales. Al principio estudió Derecho, pero un profesor suyo (Godefroid Kurth) le despertó la pasión por la Historia y acabó estudiando y doctorándose en Historia.

Completó su formación como historiador en las universidades alemanas de Leipzig y Berlín. Fue profesor y catedrático de la Universidad de Gante. Durante la Primera Guerra Mundial el ejército alemán invadió Bélgica. Pirenne fue separado de su familia y confinado en diversos campos de prisioneros. En ellos Pirenne se encargaba de impartir, entre los confinados y de manera no oficial, cursos sobre historia económica y sobre la Historia de Bélgica. Según Pirenne, nunca tuvo unos estudiantes más implicados y atentos que en ese momento.
En su estancia de reclusión forzosa por los alemanes escribió su obra Historia de Europa. Un gran libro, de los mejores escritos sobre el tema. También escribió otros libros como Las ciudades de la Edad Media, Mahoma y Carlomagno, Historia de Bélgica, Recuerdos de Cautiverio…
Desde el punto de vista historiográfico Pirenne estaba formado en los principios de la escuela alemana de economía, influido por autores como Karl Bücher, Von Schmoller y el historiador Karl Lamprecht. Fue este último quien convenció a Pirenne de la importancia de servirse de otras disciplinas para el estudio de la historia, cosa que haría. La obra y el pensamiento de Henri Pirenne bebe mucho de la escuela histórica alemana de economía de los siglos XIX y principios del XX.
Pirenne analizaba en sus obras nos solo acontecimientos (histoire événementielle), sino también la coyuntura económica y social (historia socioeconómica). De hecho, la importancia que Pirenne prestó a los estudios sobre economía y sociedad hicieron que fueran rompedores en su época e influyeran otros grandes historiadores como Marc Bloch.
La metodología histórica y narrativa que Pirenne empleaba la conocemos gracias a su hijo Jacques Pirenne, el cual también fue historiador. Según Jacques, su padre realizaba una doble escritura para confeccionar sus manuscritos que luego publicaba. En la primera redacción exponía las ideas principales. En la segunda añadía la bibliografía y las cifras.
El inicio de la Edad Media
Después de todo lo comentado anteriormente podemos explicar, ahora sí, la visión tan diferente que Pirenne tuvo sobre cuándo fue el inicio de la Edad Media.
Generalmente se considera que la Edad Media comenzó con la caída del Imperio Romano en el año 476, cuando Odoacro (un jefe hérulo) depuso al último emperador de Occidente Rómulo Augústulo, y seguidamente envió las insignias imperiales al emperador de Oriente Zenón. Pero lo cierto es que Pirenne no pensaba así. Tampoco creía que las invasiones germanas hubieran supuesto el fin de Roma.

Para Pirenne en ambas situaciones se mantuvo la esencia de lo que llamamos como Mundo Antiguo. Los germanos destruyeron solo el gobierno en imperial en su parte occidental, pero no el Imperio. La esencia de la Romania o del Imperio Romano subsistía. La esencia era la unidad económica y cultural del Mediterráneo, cuyo comercio y navegación no se interrumpió con las invasiones germanas.
Por otro lado, los germanos mantuvieron elementos propios de la etapa romana, sobre todo en aspectos económico. Mantuvieron el monometalismo de oro, es decir se siguió usando una moneda fuerte de oro (el llamado solidus aureus creado por Constantino el Grande). Además, el comerció siguió desempeñando un importante papel en la vida económica. La sociedad no era enteramente agraria como lo sería posteriormente.
Asimismo, el arte desarrolló el modelo oriental romano, la literatura latina siguó floreciendo y la organización de impuestos se mantuvo. Los reyes germanos estuvieron fuertemente impregnados de la tradición del Mundo Antiguo. También se romanizaron y hablaron latín, adoptando la fe cristiana y gobernando como representantes del emperador de Oriente en muchos lugares.
Sí los germanos no acabaron con la esencia y tradición romanas… ¿quién lo hizo? Pues lo hizo el islam. En otras palabras, lo provoca la ruptura con la tradición antigua es la irrupción de los imperios islámicos en el Mediterráneo, en especial, el Califato Omeya.
En el ámbito económico es donde mejor se ve esa ruptura. El Mediterráneo con la irrupción del islam se convierte en una frontera entre dos civilizaciones: el cristianismo y el islam. Por lo que se produce una separación económica, es la ruptura comercial del Mediterráneo.
Se deja de importar a la Galia especias, papiros y otros objetos de Oriente. El sistema económico antiguo donde el comercio tenía un papel esencial desaparece. Solo subsiste el comercio con Bizancio en las ciudades del sur de Italia y Venecia. La nueva economía de los carolingios es la de la Edad Media, es agraria, el comercio ha desaparecido, la circulación monetaria se ha reducido al mínimo y se establece un monometalismo de plata
Además, el islam hizo retroceder a la tradición y la cultura romanas porque impone (allá donde esté) una nueva forma de vida, una nueva religión, una nueva lengua y un nuevo derecho.
Por todo esto la Edad Media empezaría en los siglos VIII y IX, no a partir del año 476.
El origen de la ciudad medieval: el comercio
Si bien la idea más destacada que defendió Pirenne era la de su diferente inicio de la Edad Media a partir de la irrupción del islam, también fue importante la visión que aportó al origen de las ciudades medievales y al renacimiento de la vida urbana.
Según él este renacimiento de la ciudad se debió a la reactivación del comercio que se dio en Europa a partir del siglo X.
A partir del siglo X se da la reactivación económica europea (nuevas roturaciones de tierras y resurgimiento del comercio de larga distancia con Oriente) y aparece la figura del comerciante. Las nuevas ciudades tienen un origen mercantil pues nacen, en las zonas de las rutas comerciales (en las costas, ríos, caminos…).

La célula inicial de estas nuevas ciudades son las aglomeraciones de los comerciantes y de sus mercancías (los portus) que en muchos casos se sitúan al exterior de los burgos (fortalezas). De la fusión de ambas entidades (burgos y portus) nacerá la ciudad medieval.
Además, la nueva ciudad medieval es un espacio de libertad frente al mundo rural. En ella está el origen de las libertades individuales, según Pirenne.
Asimismo, la ciudad socava el antiguo sistema señorial, hace que surja la propiedad libre y un nuevo tipo de derecho, sin ordalías y duelos judiciales, elementos propios de otros tiempos y espacios.
Bibliografía
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