La historia del cacao… con chocolate

La historia del cacao… con chocolate

Este es el primero de una serie de artículos sobre el chocolate, donde exploraremos áreas como la historia, el cine, la literatura y, por supuesto, la gastronomía. En el presente me centraré en los orígenes del cacao, sus características y su llegada a Europa.

Pocas personas conozco que no les guste el chocolate. Desde los amantes del chocolate negro al 90% a los del chocolate con leche, los fans del pastel de chocolate a los bombones más finos, el chocolate es sinónimo de placer o de momento para uno mismo.

Muchas personas desconocen la historia del cacao y los orígenes del mismo, tampoco el proceso que interviene en la obtención del liquido amado, así que empezaremos con un ¿sabías que… el árbol del cacao es muy delicado?

El árbol del cacao es muy delicado

Aunque no se pueda asegurar, se da por sentado que el cacao tuvo su origen en la cuenca del Amazonas y, de allí, pasó a otras regiones de América como Ecuador, Brasil o México (país del que luego sabremos más en este tema, porque es de vital importancia).

Tampoco se sabe con exactitud de qué manera llegó a África, pero lo que sí es seguro es que tres países de este continente son los máximos exponentes del comercio del cacao actualmente: Costa de Marfil, Ghana y Camerún.

El árbol del cacao es, como he comentado, delicado. Su temperatura ideal ha de ser de más de 18 grados, con una altitud inferior a 1250 metros, además de necesitar zonas sombrías para crecer.

Sus frutos tardan de cuatro a seis meses en madurar y se recolectan por el método del vareo, como las aceitunas.

La recogida de las habas se realiza mediante herramientas manuales. Es un proceso lento, ya que requiere de más días para secar las habas y el posterior tueste (como veis, laborioso). Y no siempre bien pagado en origen.

El chocolate en los pueblos pre hispánicos del actual México

México va a tener una especial importancia en este artículo, ya que allí es donde los colonos españoles descubrieron esta nueva planta, y desde donde se exportó a Europa.

Pero mucho antes de su llegada, los olmecas, los mayas y los aztecas ya tenian una cultura sobre el chocolate muy avanzada. De hecho, hay muchos historiadores y webs que situan el conocimiento del cacao en el 1500 a.C, aunque es probable que fuera mucho antes (sobre el 5300 a.C. se dan los primeros vestigios del cultivo de su árbol por la cultura olmeca).

Tanto los mayas utilizaban el chocolate como ofrendas, así como remedios a un sinfín de males (dolor de riñones, fatiga, remedios contra males estomacales…).

Los aztecas, por su parte, empleaban el cacao como ofrenda, como bebida a las clases pudientes y, en las calidades inferiores, como moneda de cambio en sus transacciones comerciales, ya que era fácil de transportar, se conservaba bien y podía fraccionarse de manera equilibrada.

El cacao era, en cierto modo, una moneda, utilizada también por Hernán Cortés para pagar a los soldados, tal como destacan algunas informaciones de cronistas y de webs contemporáneas.

El cacao, mucho más que el origen del chocolate

Escribir este artículo me ha dado a conocer una maravillosa revista llamada Arqueología Mexicana, cuyo número 45, entre otros, posee excelentes y asombrosas informaciones sobre el cacao: desde lo poco que tiene que ver el cacao prehispánico a lo que ahora llamamos chocolate, tipos de cacao, su distribución y sus usos.

Además busca poner en valor a las antiguas culturas pre hispánicas en México, cosas que olvidamos muy pronto, en pro de modas o leyendas poco rigurosas.

Para esos pueblos honorables, el cacao significaba muchísimo más de lo que podamos pensar y, de manera sorprendente, los conquistadores españoles también se percataron del halo místico y poderoso de ese fruto1 . Son ellos, los colonos españoles y adyacentes, con los que vamos a iniciar el viaje de la semilla mágica hacia Europa.

Los labios quedaban manchados de sangre al beberlo

En el 1521 Hernán Cortés mostró en la Corte de los Austrias españoles (en ese momento comandadas por Carlos V) el cacao. Pero no era la primera vez que los españoles contemplaban el haba del cacao y sus frutos: ya en el cuarto viaje de Cristóbal Colón, entre 1502 y 1504, se trajeron semillas y frutos, pero fueron ignorados por la Corte y por los soldados españoles, que encontraban esa bebida mítica y ancestral demasiado picante.

Además, el cronista Gonzalo Fernandez de Oviedo, años más tarde, añadió la frase que ilustra este párrafo, ya que a la bebida resultante del cacao se le añadía achiote, unas semillas de color sangre viva, a la par que especias que hacían desagradable su consumo para los hispanos.2 .

Hemos de agradecer a Hernán Cortés que, pese a las reticencias del resto de españoles, tuviera visión de futuro acerca del potencial del cacao e insistiera en su conocimiento.

La Corte de los Austrias extendió el chocolate

Junto a Hernán Cortés, el religioso Fray Jerónimo de Aguilar también encontró posibilidades al chocolate, así que envió un cargamento y una receta al abad del Monasterio de Piedra, que fue el primer lugar del estado español en que se cocinó la citada.

Para las órdenes religiosas, el chocolate representaba, también, pecado y lujuria, aunque cedieron al ver las enormes posibilidades que tenia añadiendo azúcar, vainilla e incluso leche.

Las dos grandes órdenes de la Nueva España, dominicos y jesuitas, tenían opiniones contrarias a tomar chocolate: los primeros la rechazaban tajantemente, los segundos abogaban por un uso liviano, aderezado con agua y azúcar y una onza de chocolate, pues consideraban que no era un pecado hacerlo y calmaba el alma.

Servicio de Chocolate, Luis Melendez 1770, bodegon del cacao
Bodegón con servicio de chocolate, 1770 Luis Meléndez, muy posterior a la época de los Austrias, pero ilustrativa

Sea como fuere, ya Felipe II y su corte tomaba chocolate y se conservan cartas de la Infanta Margarita Maria de Austria (la niña de Las Meninas) en que, muy inocentemente, envía chocolate y aconseja su consumo a su abuelo, el emperador del imperio Fernando III3.

Fue otra Austria española, Ana (tía de la infanta Margarita) que, tras su boda con Luis XVIII de Francia, dio a conocer el chocolate en la corte francesa, en este caso en su versión densa, caliente y de consumo en el desayuno, a la manera española: es por esta época que se origina el dicho «las cosas claras y el chocolate espeso».

  1. Quiero hacer mención especial al profesor de la Unam Iván Escamilla que, por medio de nuestra amiga Margarita, puso en conocimiento esta revista y la rica cultura de su país, México ↩︎
  2. Figura muy importante y controvertida de la época, Gonzalo Fernandez de Oviedo es uno de los grandes cronistas de la época ↩︎
  3. Para ampliación del tema aconsejo la escucha del episodio «El chocolate en la Edad Moderna», perteneciente al podcast llamado Infantas y Reinas ↩︎