Invasiones Bárbaras y caída del Imperio Romano de Occidente

Invasiones Bárbaras y caída del Imperio Romano de Occidente

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A la muerte del emperador Teodosio en el año 395 d. c, el Imperio Romano había sido dividido definitivamente en dos partes; oriente, bajo la dirección de Arcadio, y occidente, de Honorio.

Aparentemente, la fachada de ambos Imperios seguía siendo magnifica, y el Estado Romano parecía impresionante e indestructible. Por entonces el emperador era un monarca absoluto, rodeado de funcionarios pagados con regularidad y asistido por una minuciosa burocracia. Sin embargo, ya empezaban a experimentarse dificultades en la fiscalidad, demasiado asfixiante y complicada.

La poeta griega Safo de Lesbos

Safo de Lesbos, la décima musa griega del amor

La sociedad, muy jerarquizada, se organiza en clases   convertidas en castas. En la cúspide se hallan los senadores de las magistraturas oficiales y honoríficas, con un poder político nulo, pero que poco a poco se arroga derechos de protección sobre pueblos enteros y obtienen la adscripción a la tierra de los colonos agricultores jurídicamente libres.

Templo De Hércules En La Ciudadela De Amman, Jabal Al Qal'a

La esclavitud apenas tiene importancia ya. En lo que se refiere a los artesanos y gentes de la ciudad, se empiezan a agrupar en corporaciones de las que nadie puede salir; el estudiante será funcionario, el hijo del panadero seguirá, obligatoriamente el oficio de su padre. Nacen así los gremios.

El Imperio Romano Tardío

En este contexto , y desde el año 391 d. c, el cristianismo se convierte en religión oficial del Estado romano, relegando al paganismo a zonas rurales y alejadas de la urbe. En términos de organización institucional la jerarquía de la Iglesia es una imitación de la del Imperio Romano, donde el obispo de Roma está a la cabeza de los obispados de su provincia y los obispos de las civitates (ciudades),l término que poco a poco será sustituido por el de “diócesis. Debido a ello el obispo encuentra la excusa perfecta para defender a Roma frente al avance de los temidos bárbaros, que amenazan el limes e incluso ya ocupan puestos en el ejército. Sin apenas vislumbrarlo, La suerte de Roma estaba en manos de los futuros invasores, que rodearán occidente por varios flancos;

Mosaico Borghese representando una lucha entre gladiadores | Siglo III-V d.C.

Los pueblos del Mar, (anglos y sajones) ocuparan las costas del Mar del Norte hasta las islas; en la península danesa y las bocas del Elba, los jutos y frisones Gran Bretaña, e Irlanda los caledonios y escotos. Mientras tanto, en los bosques germánicos viven los francos en las bocas del Rhin , entre el Rhin y el Danubio los alamanes, y en el curso medio del Danubio los marcomanos y cuados. Todos paganos. En el Este , los burgundios, vándalos y lombardos se asientan en las riberas del Elba como cristianos arrianos, forma religiosa que adoptan igualmente los visigodos y ostrogodos de las llanuras rusas y rumanas gobernados por reyes.

La entrada de los bárbaros en occidente

Los devastadores hunos, desde Asia central cruzan el río Don en el año 375, desplazando a los visigodos, que tras ser derrotados intentan refugiarse en territorio romano en calidad de auxiliares del ejército. Pero su alianza con Roma no dura a penas tres años. En 378, en la batalla de Adrianópolis, la aguerrida caballería gótica aplasta al ejército romano en una brutal carga por los flancos. Es una premonición del final del Imperio, por el cual vagan buscando una tierra para establecerse. Su gran Rey, Alarico, les lleva a saquear Iliria, y más tarde Italia para finalmente apoderarse de la ciudad eterna en el 410 .

Zenobia de Palmira, la reina guerrera
Zenobia de Palmira, la reina guerra

Poco a poco las crisis sociales, religiosas y, militares llevarán al emperador Honorio en el año 418 a aceptar acoger al pueblo invasor de los visigodos en Aquitania bajo una ficción jurídica de federación a través de la firma del foedus. Roma les cederá un territorio y a cambio estos prestarán servicio militar.  Es el nacimiento del primer reino bárbaro en Occidente.

Las invasiones bárbaras continúan

Desde diciembre de 406, suevos , vándalos y alamanes cruzan el Rhin e invaden las Galias sin ningún impedimento. Es imprescindible detener el avance de todos y cada uno de estos pueblos que amenazaban la gloria del Imperio. Los encargados de tan ardua misión serán ; el emperador Valentiniano III (de 424 a 455 d.c) , y el valiente y pertinaz Aecio,( formado en la corte de los hunos), quien había sido hecho rehén de aquellos. A pesar de las victorias del general, la lenta agonía del Imperio occidental seguía su curso, ¡ya nada ni nadie podía frenar su caída!

Surgidos del fondo de las estepas de Asia central, los hunos siguen avanzando hasta instalarse en las llanuras de la actual Hungría. Desde su campamento atacan sin descanso a Oriente, y más tarde, unificados por Atila, a Occidente en 449 – 450, donde, precedidos por su terrorífica fama destruyen Metz, Reims y Troyes poniendo sitio a Orleans. !El enemigo está a las puertas de Roma!

La urbs, con el general Aecio a la cabeza, logra agrupar algunas tropas junto a los visigodos federados. Pero el respiro no durará mucho. El emperador Valentiniano III recela del éxito de su general y decide asesinarlo por temor a que éste ocupe su trono. Acto seguido él también será asesinado por los partidarios de aquel hombre que había dirigido como nadie hasta entonces la férrea defensa del Imperio. Comienza el período de los emperadores títeres.

Devastado y consumido en sus propias cenizas el Imperio de occidente recibe la herida mortal cuando Genserico (rey de los cándalos y alanos) saquea Roma a sangre y fuego durante más de un mes. Como consecuencia el poder pasa a manos de un general romano, pero de raza sueva; el patricio Ricimero, que hace y deshace emperadores, al tiempo que los reinos bárbaros se extienden irremediablemente rompiendo los tratados de alianza ficticios.

La conquista visigoda

Los visigodos ocuparán todo el sudoeste de la Galia, hasta el Loira, más tarde la Narbonense y finalmente Provenza en el año 476. Los burgundios se apoderan de Lyon ascendiendo por el Saone para luego descender por el río Ródano hasta el Durance, y en Italia el joven emperador Rómulo Augusto es despojado de sus insignias imperiales el 4 de septiembre de ese mismo año por Odoacro (rey de los hérulos a orillas del Mar Negro, general de origen germánico al servicio del emperador) para posteriormente ser desterrado a Campania. Había desaparecido el Imperio Romano de Occidente, ya solo quedaba un único emperador; el de Constantinopla.

Estación de Córdoba sobre el Palacio Romano
Restos del Palacio Romano de Córdoba que hay bajo la estación

Pero allí, el emperador de oriente, Zenón, no reconoce el poder del usurpador Odoacro en occidente. Se considera dueño de todo el Imperio, y como tal encarga a Teodorico (rey de los ostrogodos) conducir a los suyos hasta Italia para expulsar al invasor germano en su nombre.

Zenobia viendo Palmira destruída

Zenobia, la reina guerrera

Tras durísimos y encarnizados combates, los ostrogodos logran eliminar a sus adversarios.  Nace, en año 493, y hasta el 523, un reino ostrogodo en Italia. Finalmente, Teodorico, como representante del poder Imperial en Occidente, intentará extender su hegemonía hasta el Danubio, y sobre los demás reinos bárbaros; visigodos, burgundios y vándalos, arrianos todos ellos, al igual que su pueblo. Se establecía un nuevo equilibrio, basado en el dominio germánico y arriano a expensas de la nueva Roma, Constantinopla.

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