Llega Septiembre y, poco a poco, todo vuelve a la normalidad: regresamos a nuestros trabajos, los niños al colegio y, como no, los coleccionables.
Los hay de todo tipo: para construir el coche de una famosa franquicia de cine, de fósiles, de superhéroes, etc.
Yo siempre me propongo acabar una… Pero solo queda en eso.
Compro la primera entrega, (la más barata), adquiero la segunda y, en ocasiones, la tercera. Y hasta ahí. Abandono por falta de presupuesto, no por otra cosa.
Eso sí, te queda luego la espinita de completarla.
Entre las que me interesan de este año son la biblioteca de Isabel Allende y las obras de Benito Pérez Galdós. Ambas de un famoso y prestigioso grupo editorial y audiovisual.
Y me he fijado en la cantidad de veces que aparecen los anuncios de respectivas colecciones en televisión.
En una hora, y no exagero, si digo que vi el anuncio de la colección de Isabel Allende unas siete veces. Cada vez que empezaba una tanda de anuncios, el canal o canales del grupo, lo reponían cada dos comerciales. Es decir, si el anuncio era el primero, en el tercero volvía a aparecer. Y así sucesivamente hasta que regresaba la programación.
El anuncio se torna pesado, cansino; llegando incluso al hartazgo.
Durante su visionado mis emociones son estas: dejo todo lo que esté haciendo para darle toda mi atención. Como si quisiera comprar el libro, o lo necesitase; mi estado de ánimo, hasta ese momento tranquilo, se vuelve ansioso, desesperado por adquirir el producto.
Sin embargo Isabel Allende, a mi juicio, tiene un duro competidor: Benito Pérez Galdós.
Pues bien, su anuncio aparece una vez. No sé, como si no mereciera, comercialmente hablando, un lugar destacado o preferente en la parrilla comercial televisiva; sitio que sí le han otorgado a la autora chilena.
Mis sentimientos al respecto son idénticos que con el anuncio anterior.
Y es cuando surge un debate interno: ¿Recopilo la biblioteca de una de mis referentes literarias y, que por tanto, he leído varias de sus obras? o ¿me hago con las del autor que es un clásico de la literatura española y que he estudiado en el colegio e instituto, que es el padre de la novela histórica en España, y que es el género que intento practicar?
Y es que somos muy impacientes. Lo queremos todo y lo deseamos rápido. No pensamos si necesitamos el producto o si le daremos uso. Consumimos a lo tonto. Y eso lo saben los medios de comunicación y lo fomentan.
A mis chicas de Letra violeta: Ana Esmeralda P. Recuenco, Verónica Cano, Laura Montalbán, Elena Picó y Mavi Pastor.
Gracias por vuestro cariño, vuestra amistad y vuestro apoyo