Este artículo pertenece a una serie de investigaciones sobre la historia del chocolate (en el anterior nos quedamos con la Corte de los Austrias).
En él vimos cómo los colonos trajeron esta planta de América y cómo los Austrias Españoles lo exportaron al Sacro Imperio Románico Germánico1. Pero no era la única corte que lo conocía, ya que en Francia (con los Borbones) lo consideraban una comida de lujo gracias a la infanta Ana de Austria y su nuera-sobrina María Teresa.
Fue precisamente en la corte borbónica donde el chocolate a la española se empezó a transformar, añadiendo leche y reduciendo las especies.
La llegada de Maria Antonieta a la corte de los Borbones en 1770, revolucionó, también, la hora del desayuno, transformando el chocolate con otras especies y preparaciones… y, de nuevo en un producto de lujo, al alcance de muy pocos.
Los monasterios y conventos, fans del chocolate
Aunque el chocolate había empezado su andadura transformadora en el Monasterio de Piedra, con la creación del chocolate a la taza, poco a poco fue ganando terreno en las ordenes religiosas, después de no ciertas y amplias disputas entre religiosos. Recuerden esa controversia jesuitas vs dominicos, o las encendidas polémicas en el Concilio de Trento (que considero más animadas que cualquier Isla de Tentaciones contemporánea).
Aún así, pasaron un par de siglos para que las órdenes religiosas encontraran en el cacao una fuente de ingresos generosa, que aliviara sus finanzas y, para que mentir, sus almas (y las nuestras).
Los trapenses (otro de sus productos es la cerveza artesana) fueron una de las primeras órdenes que empezaron a elaborar tabletas de chocolate, allá por el 1883, mientras custodiaban las catacumbas de Roma, por orden del papa León XIII.
De hecho esa orden religiosa fue la gran divulgadora del chocolate en Europa y en la Nueva España, donde los criollos empezaron a tomarlo a la moda de allende los mares.
Monjes negociando con el cacao
El chocolate en los monasterios sigue siendo muy importante a día de hoy, no sólo en España sino también en Francia: la abadia de Castagniers, una pequeña escisión de cirstences y trapenses es, a día de hoy, conocida como Las Hermanas del Chocolate y su pequeño negocio de reposteria del cacao sigue en pleno apogeo, 70 años después.
En nuestro país, las clarisas tienen fama de buenas reposteras y bien lo saben las rebeldes monjas de Belorado, que han continuado su negocio de chocolate a pesar de su polémica eclesiástica, ofreciendo su producto a restaurantes Michelin de renombre. 2
El chocolate en el Madrid de Carlos III
El llamado «mejor alcalde de Madrid«, Carlos III, también era muy fan del chocolate, sobretodo a la hora del desayuno.
En el siglo XVIII el rey decide hacer una apuesta para el libre comercio del cacao, permitiendo el intercambio entre la capital y Venezuela, (entonces la Real Capitanía General de Venezuela) creando una empresa que gestionaba el cacao proveniente de las Indias y lo distribuia en las tiendas de ultramarinos: la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas.

Más tarde, el repostero leonés Juan de la Mata3 empieza a elaborar confites secos con chocolate, que se popularizan muy rápido en las capital y alrededores. Es quien, de alguna manera, creó algo parecido a la mouse de chocolate que hoy conocemos y adoramos.
La Revolución Industrial
Otros autores avalan la existencia de una máquina de vapor que molía granos de cacao en Inglaterra.
Patentada por Joseph Storrs Fry en 1795, esta máquina creaba barras de chocolate con manteca de cacao, azúcar y cacao. Este nuevo invento permitió a los ingleses comercializar a gran escala el producto, controlando el mercado del mismo.
Y aunque muchos medios se hicieron eco de ello, Barcelona también fue un centro neurálgico para el negocio del chocolate. En 1797, dos años después de la patente de Fry en Birmingham, se funda la Casa Amatller en Barcelona.
Ese pequeño negocio familiar va creciendo hasta que en 1937 Antoni Amatller i Costa, nieto del fundador, construye la fábrica en el barrio de Poblenou, dando así lugar a una nueva expansión internacional.

El edificio donde se ubicó sigue todavía hoy en activo y cuenta con una maravillosa casa de estilo modernista que alberga un pequeño museo de chocolate (en la Ciudad Condal hay dos: el segundo se ubica en la misma zona de origen de Amatller).
El boom del chocolate en el siglo XX
A principios del siglo XX, Madrid era la segunda ciudad productora de chocolate, detrás de Birmingham, donde se encontraba la sede de la empresa Cadbury, creada en 1831.
Esta empresa, con el sello Royal Warrant (proveedores de la casa Real) fueron los primeros en crear el huevo de Pascua de chocolate y productos como bombones de nougat o pistachos. Otro de sus grandes inventos salió al mercado en 1905, cuando crearon su famoso Dairy Milk (o chocolate con leche), que sigue siendo un éxito de ventas en la actualidad4.
Chocolate en la Guerra Mundial
El siglo XX también nos trae las guerras, demasiadas en tan poco tiempo, donde el chocolate juega un papel importantísimo, por sus propiedades energéticas, su transporte y su adaptabilidad a las temperaturas.
En la Primera Guerra Mundial se ideó un chocolate más cercano a las barritas energéticas de ahora que a la tableta que tenemos en mente, pero fue en la Segunda cuando el invento llegó más lejos: la D Ration de Harsley, de origen norteamericano.

Se trataba de un preparado bastante alejado del chocolate en tableta, ya que contenía avena, leche en polvo, vitamina b1, azúcar y cacao.
Su formula era muy densa y se tuvo que trabajar a mano, contenia 1800 calorias y soportaba hasta 49 grados de temperatura. Con tres raciones, un soldado podía comer perfectamente, cumpliendo con las calorias estipuladas.
Pero no era todo tan bonito. Llegó a hartar tanto a los soldados que muchos de los que volvieron no comieron de nuevo chocolate.
La dichosa tableta provocaba dolor estomacal, era difícil de partir y muchas acabaron tiradas en el suelo de las trincheras, pues, por fortuna para los americanos, podían comer otras cosas.
Chocolate y Europa
La ración K, mucho más digerible y más asociada al gusto original del chocolate, tuvo más suerte, no así la Tropical Bar, que aguantaba muchísimo el calor, pero que sólo era utilizada para enfermos de disenteria.
Finalizando el triste bloque de la guerra, después de la liberación de paises como la antaño Holanda, los aliados ofrecían chocolate a todos los niños que se encontraban.
La actriz Audrey Hepburn, de origen neerlandés, fue una de esas niñas adolescentes en el Arnheim ocupado y siempre recordó el sabor de las dos tabletas de chocolate engullidas sin freno como un manjar, a pesar del lógico dolor estomacal posterior, que unos amables soldados americanos le ofrecieron.
Para alguien que había pasado años comiendo sopas de piel de patata, podemos imaginarnos la ilusión del chocolate liberador.
El chocolate en la actualidad
Las cosechas anteriores a 2025 rozaron la catástrofe con una subida de precios de más del 300% , aunque se augura que en años venideros las cosechas se estabilizarán.
¿Los motivos? Varios. En primer lugar el fenómeno El Niño, que arrasó los campos de Costa de Marfil y Ghana (principales productores de cacao en la actualidad)5. Las continuas crisis que el continente africano padece también han sido un punto negro en la exportación.
Cada vez hay más entendidos del cacao y más empresas artesanas que invierten en bean to bar, un anglicismo que significa estar en todo el proceso del cacao por parte del chocolatero o especialista del chocolate.
Esta manera de proceder implica que el obrador tamién es responsable del tueste de la haba del cacao, su refinado y control posterior, obteniendo un producto de gran calidad que, obviamente, se ve reflejado en un precio un poco más elevado (pero con un sabor mucho mejor).
Podría seguir hablando de chocolate
Un producto tan a mano y conocido, me ha reportado horas de investigación y conocimiento… y he de dejar cosas en el tintero digital.
Son muchas las películas y libros donde el chocolate es el protagonista: Como agua para chocolate (y sus magníficas recetas), Chocolat o Charlie y la fábrica de Chocolate.
Paso por alto las técnicas de preparaciones diversas, o las innovaciones del cacao en forma de chocolate a la sal, con queso parmesano o azul (parece raro, pero está delicioso) o con chile chipotle, o las «monas» de chocolate que se preparan en Cataluña para el dia de Pascua…
Porque ahora sólo recuerdo el pastel de chocolate enorme de Mathilda y al pobre Bruce acabándoselo todo ( spoiler, hay receta del pastel).
- Los Austrias tuvieron dos ramas: la española, que se extinguió tras la muerte de Carlos II en 1700 y los Austrias Hasburgo, que dominaron gran parte de Europa hasta 1806 ↩︎
- Entre sus disputas inmobiliarias, sacerdotes un poco pasados de vueltas monjas rebeldes, la realidad también es que la reposteria de estas clarisas de Burgos es sublime y muy conocida ↩︎
- Desconocido y poco difundido, el arte de Juan de la Mata ha quedado en la historia como el precursor del uso del chocolate en pastas y confites ↩︎
- Para más información sobre Cadbury https://www.adlatina.com/marketing/cadbury-el-sabor-que-nunca-pasa-de-moda ↩︎
- En este video se constata la evolución de la producción del cacao entre 1961 y 2018 https://www.youtube.com/watch?app=desktop&v=xYU_8_a2JPs ↩︎