Hace ya algún tiempo que en Cataluña se ha popularizado en término «Castaween, para mezclar la tradición catalana de la Castañada con Halloween y salir un poco indemnes del partido: actualmente estamos en la media parte y con goleada de la calabaza.
No deberíamos olvidarnos de nuestras tradiciones, aunque sean menos guays
Imaginen que ustedes son niños y tienen por delante, dos elecciones para el día 31 de Octubre.
La primera es una señora que viene de la montaña, donde ha cogido castañas y las vende en la plaza, con su delantal de cuadros y su falda de campana.
Después de cantarle su canción, puedes degustar castañas a la brasa y boniatos, pasar por la pastelería a comprar panallets (aunque es posible que tengas la desventura de comer los que has hecho en la escuela), ir a casa, cenar en familia y acabar poniendo una vela por la tía abuela Mercè, que nunca conociste.
Tu otra opción es comprar una cesta en forma de calabaza, disfrazarte de zombie, bruja o vampira, ir, ya con la noche encima, por las casas pidiendo chuches y acabar con tus amigos comiendo pizza y viendo alguna película de miedo en una casa decorada con un montón de telarañas, murciélagos y diversión.
No sé ustedes pero ya hace un rato que la Castañera ha colgado un «Se alquila» en su puesto de castañas, absolutamente vencida a una tradición pagana que, para más inri, nos ha llegado transgiversada totalmente gracias a Hollywood y su maquinaria de marketing puro, olvidándose del origen de la misma.
Que, oh, sorpresa, el Castaween no difiere tanto del Día de Difuntos y, más aún, del verdadero origen pagano de esta fiesta, que no es más que celebrar el fin de la cosecha, prepararse para el frio, el invierno y respetar los ciclos de la naturaleza.
Hollywood, como nos has mentido
Nos situamos en el hemisferio norte. Es otoño, tiempo de recolección y preparación de nuestra vida al nuevo ciclo que nos está llegando.
Más oscuridad, frio, lluvia, escasez de cosechas, animales en invernación, introspección. Porque viviremos en un mundo moderno y tecnológico, pero seguimos consumiendo mermeladas, conservas de verduras, productos del cerdo, quedarnos algunas tardes calentitos en casa y ver las hojas caer, nuestra pequeña conexión con la naturaleza en la ciudad.
Nuestros antepasados (y todavía muchos contemporáneos, a dios gracias) siguen aprovechando estos días para realizar mermeladas de los frutos que se han recogido estas últimas semanas, recolectar los últimos calabacines o pimientos para hacer conserva.
La matanza del cerdo
Son fechas también para esperar el glorioso San Martín, 11 de noviembre, fecha en que el dicho español «A cada cerdo le llega su San Martín» cobra verdadero significado.
Y, como ya sabrán, del cerdo se aprovecha todo y toca el tiempo de elaborar jamones, chorizos y longanizas, que antaño satisfacían las necesidades de familia y pueblo entero, delante del riguroso invierno que estaba por venir.
Por esa misma fecha, los viticultores dan pistoletazo a su primera elaboración de vino, después de la vendímia, el llamado vino joven (o vi novell en Cataluña).
¿Entonces de ahí viene la calabaza?
Pues no exactamente. La calabaza que vemos en Halloween tiene su origen en una leyenda celta, que los irlandeses llevaron a Estados Unidos tras huir de la gran hambruna del 1840.
Un tal Jack, pendienciero y tramposo, engañó al propio diablo, que prometió no llevarse su alma. Cuando Jack murió (y obviamente no fue al cielo, porque era, como he dicho, mala tiña), al llegar al infierno, tampoco pudo quedarse, pues el diablo no podía quedarse con su alma, tal como prometió.
El pobre Jack fue condenado a vagar por la tierra sin descanso: el diablo le puso una luz en un nabo para iluminarle el camino y, de allí, derivó a calabaza con ojos y boca que, en inglés, tiene un nombre muy ilustrativo «Jack O’ Lantern» (Jack el de la linterna).
La relación entre Halloween y México
Pues Halloween es más divertido. Yo me disfrazaré de calavera esa mexicana con flores, de Frida Kahlo.
¡Alto ahí! No mezcles conceptos. El Día de Muertos es una festividad muy arraigada en México,
lo que antiguamente se llamaba Nueva España.
Las tradiciones de los españoles en el nuevo mundo se mezclaron con las propias del país y dieron lugar al Dia de Muertos, nuestro día de difuntos pasado por el color y la alegría, vamos, que seguramente habrán disfrutado en la maravillosa película Coco.
Y no, amigos, no es un solo día, hay varios: primero viene el día de las mascotas difuntas, luego los niños no nacidos o difuntos pequeños, las muertes trágicas y acabar con todos los difuntos, el 1 de noviembre
Frida Khalo no inventó Halloween
Mezclando la pena de los que se fueron con su comida favorita y visitando el cementerio con flores, bebidas y música, de una manera muy similar a lo que veníamos haciendo muchos hace algunos años (y espero que todavía se haga, de verdad)
.
El tema de la calavera, la Catrina, no es más que un dibujo que hizo un ilustrador mexicano para burlarse de personas que iban de adineradas, bien vestidas y que no les gustaba la humildad de las clases populares de Mexico. No, no es ni Frida Kahlo (que no inventó nada) ni una película de miedo.
Si tienen oportunidad, vayan a ver algún altar de difuntos mexicano, porque es impresionante: luz de velas, color con el papel picado, fotos de las personas finadas, algún objeto personal, su comida y bebida favorita…
Les confieso que, después de vivir en Mexico unos meses, yo empecé a realizar mi pequeño altar y ahora tengo amigos esperando verlo. Por desgracia, cada vez se va haciendo un poco más grande, pero espero que mi hijo continue con la tradición.
Celebren lo que celebren, que están en su derecho, con este artículo simplemente, quería poner en contexto las celebraciones y el valor que le damos a nuestras tradiciones que, al fin y al cabo, están en nuestro ADN cultural y no se deben olvidar, así como dar un pequeño apunte de que todo viene de la misma raíz: el ciclo de la naturaleza
pd. No vengan a mi puerta pidiendo Truco o trato.