Aunque han pasado muchas décadas, guerras, gobiernos y campos de batalla, todavía hoy usamos algunas frases de los viejos tercios españoles.
Un 31 de Enero de hace 440 años tenía lugar la batalla de Gembloux, la cual enfrentaba al ejército formado por los Estados Generales de los Países Bajos y las tropas de la corona española, con victoria final de éstos segundos. Es precisamente este 31 de enero fecha que algunos historiadores y aficionados a la historia han escogido para reivindicar el importante papel que jugaron los Tercios en la historia de nuestro país en una sociedad del siglo XXI que parece haber olvidado las grandes hazañas de este ejército.
Es por ello que hoy todos queremos hacer recordar a todas aquellas personas que lucharon e incluso llegaron a dar su vida valientemente cambiando el rumbo de la historia.
Los dichos de los Tercios que aún usamos
Sabemos lo que muchos podéis estar pensando: ¿Qué importancia tiene recordar a los Tercios a estas alturas? ¿No han pasado muchos años?
Te sorprenderá, y mucho, saber que este ejército todavía sigue influyendo en nuestro día a día siglos después de que Flandes desapareciese por completo de los mapas de España. En este artículo te vamos a enseñar cómo, sin darte cuenta, haces referencia a los Tercios casi de forma diaria en algo tan simple como en tu manera de hablar.
Expresiones de los Tercios Españoles
Origen del término «Camarada»
¡Sorpresa! No todos los camaradas vienen de la Rusia soviética. En los siglos XVI y XVII la palabra camarada designaba simplemente a los soldados que dormían en el mismo cuarto o cámara.
De hecho, la Ordenanza de 1632 en uno de sus artículos llega a decir que «las camaradas [son las que] han conservado a la nación española, porque un soldado solo no puede con su sueldo entretener el gasto forzoso, ni tiene quién le cure y retire si está malo o herido».
Me importa un pito
El pito era un instrumento musical del ejército aunque tocarlo no era precisamente un privilegio ya que el encargado de ello cobraba muy poco, de ahí que cuando algo «te importa un pito» estás diciendo que no te importa nada, que tiene muy poco valor para ti.
Aunque la riqueza de la lengua española ha ido sustituyendo el pito por otros sinónimos (algunos más escatológicos), no hay que olvidar que su origen está, nada más y nada menos, que en los Tercios.
Irse a la porra
¿Cuánta gente vivirá en esta porra porque alguien se lo ha mandado? Es imposible hacer la cuenta desde el siglo XVI. Los sargentos tenían un garrote (parecido a una porra) con la que daba órdenes a los soldados a través de movimientos (puedes imaginar, por ejemplo, a un director de orquesta con su batuta). Cuando los soldados paraban a descansar, el sargento dejaba esta porra en el suelo y los reunía alrededor de ella, castigándolos por holgazanería.
En resumen: originalmente, irse a la porra era una forma de castigo que ha ido derivando hasta el significado de nuestros días en los que, más que una forma de castigo, es una forma de hacer que las personas más pesadas se aparten de nuestra vista.
Armarse la de San Quintín
Pero, ¿Qué pasó en San Quintín para que «se liase tan parda»? Resumen rápido: el ejército español y el francés se enfrentan un 10 de agosto de 1557. Francia había invadido el Reino de Nápoles y, como respuesta, España manda a sus soldados de los Países Bajos invadir Francia. Si medio siglo antes los dos enemigos acérrimos europeos habían sido Carlos I de España y Francisco I de Francia, esta vez es el turno de sus hijos, Felipe II de España y Enrique II de Francia, enfrentarse por cuestión de territorios.
Finalmente, España fue la vencedora pero se perdieron miles de vidas durante la batalla, siendo especialmente alto el número de bajas francesas: 12000 frente a los casi 1000 muertos y heridos del bando español. Una auténtica masacre. Vamos… como para no armarse la de San Quintín.
¿Conoces más expresiones relacionadas con los Tercios? ¿Cuál es vuestra favorita?