Aditivamé

Aditivamé

Tiempo de lectura:4 min, 59 s

De cómo quedarnos sin patatas fritas al jamón nos hace reflexionar sobre los aditivos

Hace relativamente poco, y como podreís encontrar en esta nuestra maravillosa revista1, saltaba la incredulidad, la indignación y los lamentos: se acaban las patatas fritas sabor al jamón, ya nada volverá a ser igual en nuestras vidas.

Después de este proceso de duelo, muchos nos hemos preguntado qué había de cierto en todo esto y el tipo de aditivos que estamos integrando en nuestra vida, sin hacer preguntas (ni lamentos). Así que aqui les dejo este artículo para que abracen, o no, su aditivo interior.

En primer lugar, no se asusten: no voy a hacer ningún artículo sesudo, dificil de entender

Aunque les facilitaré algunos de ellos, por si tuvieran ganas, voluntad o, a modo de Sherlock Holmes, investigar los datos de este artículo. 2

Lo más importante, a mi parecer, es mostrar claramente que los aditivos, están en todas partes y que no siempre son algo peligroso, que debamos evitar a toda costa

El tema de nuestras ídolas, las patatas al jamón, es que la UE ha encontrado genotoxicidad en algunos aditivos utilizados en su proceso, los llamados «potenciadores del sabor«, especialmente los que son especificos a sabor humo. Porque, amigos, lo que he averiguado es que no es sabor a humo, sino a ahumado.

Que las patatas fritas al jamón no llevan jamón, vaya, sino potenciadores de ahumados que dan su característico sabor a jamón (avisen a sus amigos vegetarianos y veganos, para que se unan a la fiesta de despedida de las patatas).

Esos mismos potenciadores, y aquí vienen curvas, los llevan otros alimentos, como las sopas de sobre (las de sabor cocido no llevan polvo de tocino, lo siento). Otros alimentos serían las salchichas de Frankfurt3, el pavo cocido, embutidos o incluso repostería, pero el problema radica en los especificos ahumados, que són generados por combustión de madera y la UE no lo tiene muy claro.

El aditivo sabor ahumado, culpable

Un momento, que tampoco es exactamente así: realmente son unos aditivos ahumados especificos, que no han pasado filtro de la UE, como por ejemplo el SF008 o el SF009.

Estos dos aditivos corresponden a una serie de sf llamados Smoke Concentrate que, aunque no totalmente prohibidos, sí están restringidos (SF0001 al SF0006).

La ley de la UE argumenta que ese filtro se hace porque no pueden garantizar al 100% el proceso que se ha realizado para esos aditivos, cosa que en otros continentes no son tan restrictivos.

Aditivos alimentarios perjudiciales

¿Son malos, pues, los aditivos? En realidad, ni son buenos… ni son malos, pero su uso es positivo para diversas cosas, por ejemplo, para conservar un alimento o dar color al mismo.

La sal es un aditivo, como el azúcar, que ayudan a conservar alimentos. También tenemos aditivos colorantes y acidulantes; los primeros hacen que la maravillosa mermelada de fresa sea de color… fresa.

Prueben a hacer una mermelada en casa, de fresas. Sí, en poco tiempo tendrá un color tirando a marrón y nadie creerá en sus dotes de repostería. Pero es que su mermelada no llevará colorante, e incluso algún espesante y en el concurso de belleza… ¡next!.

Harry Potter lanzando hechizo encantamiento Patronus
Harry Potter en su lucha contra el Clostridium botulinum

Les pongo un ejemplo de positivismo aditivo: los antioxidantes. Se aplican a la verdura en conserva, embutidos o pescados para eliminar la potencial presencia del Clostridium botulinum, que no es un hechizo de Harry Potter, sino que su componente principal (sí ,han adivinado) provoca botulismo.

Qué aditivos son buenos para la salud

Otros ejemplos, para salir licenciados de aditivos són los emulgentes, utilizados para regular el ph, los colorantes, para dar sabor y color. O, para estar tranquilos, en España no llevan, por ley, ningún aditivo la leche, yogur, miel, pasta seca o huevos.

Para no estarlo, el agua mineral no debe llevar aditivos, pero, según la muestra del Idaea Csic, con fecha 2024, unas 280 referencias de agua SÍ llevan un aditivo, concretamente microplásticos… y deberíamos pensarlo.

Ante todo este panorama, creo que todos pensamos que los aditivos pueden ser necesarios, pero, sí un alimentos lleva una lista interminable de ellos, quizás no sea la mejor opción para consumirlos.

A lo que me lleva a la siguiente cuestión: pero ustedes ¿SIGUEN SIN LEER LAS ETIQUETAS?

Lo veremos en próximos artículos.

Receta de salmón ahumado SIN aditivos

Y visto que el ahumado, azúcar y la sal són aditivos, malos, oscuros, uuuh… pues les dejo mi receta de Gravlax, un salmón «ahumado» al estilo escandinavo, fácil de preparar, con el que que podrán aderezar la conversa de aditivos y patatas al jamón con estilo.

Ingredientes:

  • Salmón sin espinas
  • Sal
  • Azúcar
  • Eneldo
  • Un poco de piel de limón
  • Un tupper y una madera o algo con peso

En un tupper mezclan sal y azúcar, ponen el salmón por el lado de la piel y lo cubren con la misma proporción de sal y azucar.

Cómo hacer salmón ahumado gravlax sin aditivos
Los escandinavos inventaron esta técnica de conserva y cocina del salmón, antes de que el ahumado se instalara en sus vidas. Si ven el proceso complicado, esperen que les enseñe a hacer su propia mantequilla

Un pequeño peso, tipo una tabla de madera que quepa en el tupper, a modo de pequeña presión (si no lo tienen, no es totalmente imprescindible, queda bien). Han de dejarlo así unas 12h mínimo, si han utilizado la tabla de peso; si no, a las 8h den la vuelta al tupper y esperen otras 8h.

Pasado ese tiempo, laven el salmón muy bien, incluso dejen un par de minutos en agua fría y limpia después. Quiten la piel (si no se atreven, entonces hagan el gravlax sin piel, pero nos cumple una función barrera y grasa importante), pongan un poco de eneldo y piel de limón, reposo de 10 minutos y loncheen.

Sé que puede parecer complicado e incluso que no sea perfecto la primera vez, pero verán que sabroso y original queda, además de las risas. Spis godt!

  1. «La Unión Europea prohíbe las patatas con sabor a jamón» ↩︎
  2. «Aditivos alimentarios para la Seguridad Alimentaria, según el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030» ↩︎
  3. Muchos alemanes han puesto el grito en el cielo al ver la baja calidad que se esconde en ese producto típico alemán. Serán muy buenos en muchas cosas, pero, al menos en España, tenemos DOP u OGP, aunque no podemos proteger a la paella de sus diversos atentados. ↩︎

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