Giulia y los Tellarini tocan su canción Barcelona, de ritmo acelerado y despreocupado, mientras dos mujeres cruzan el Atlántico para conocer Cataluña. La historia finaliza con la misma melodía, pero con ellas arribando a Nueva York, otra vez un aeropuerto, como si toda la historia hubiera sido un viaje cotidiano y sin importancia. El tono invocado por «Vicky Cristina Barcelona» es precisamente ese, historias de amor que se entrecruzan, que alteran las vidas de los protagonistas, pero al final cada uno elegirá el lugar donde quiere estar.
Dependerá de la valentía con que afronten esas relaciones, una cuestión de causa y efecto determinará las consecuencias y cada quién deberá encontrar cómo hacerse cargo de los buenos y malos momentos, en desenlaces donde seguro habrá damnificados.
Vicky y Cristina conocerán al pintor Juan Antonio Gonzalo después de una exposición y más tarde en el bar las invitará a un fin de semana en la ciudad de Oviedo.

Vicky cree tener la vida planeada con su prometido y Cristina es más aventurera y querrá tener un amorío con el pintor. Por cosas del destino, Cristina cae enferma y Juan Antonio le mostrará la ciudad a Vicky. Esa noche su mundo se volverá de cabeza.
Pero Juan Antonio invita otro fin de semana a Cristina y entablarán una relación. Todo fluye hasta que María Elena, la exesposa del pintor, llega a la casa luego de intentar suicidarse.
Las relaciones son complicadas
Lo genial del visionado de Woody Allen es que la película resulta más profunda de lo que aparenta y estas relaciones se tornarán complicadas, al punto de que la estabilidad emocional de María Elena sólo será posible gracias a una relación abierta entre los tres. Cristina es desprejuiciada y no sabe mucho lo que quiere, pero un día expresa que no quiere esa relación. Todo el equilibrio se va al carajo y Juan Antonio al final quedará solo.
Esta es una historia sobre la voluntad de las mujeres. Juan Antonio se relaciona con las tres, pero él nunca decide. A futuro, en una fiesta en Nueva York coincidirá con Vicky, dispuesta a vencer sus miedos, pero entonces irrumpe la exesposa con un arma y reaparecen en gloria y majestad.

María Elena es la mujer perfecta para Juan Antonio, ambos son artistas, pero es una relación explosiva que los destruye.
Woody Allen da cuenta de lo frágiles que son las relaciones y lo cercano que están siempre de acabar por una decisión, quizás Cristina se enamoró de la fotografía o quizás no tenía muy clara las cosas. Para ella la pareja no es tan importante y cuando Vicky le confiesa sobre la noche con el pintor, ella no entiende por qué no le dijo, se hubiera echo a un lado, tal como en algún momento pensó que se interponía entre María Elena y Juan Antonio.
Un salto al vacío
«Vicky Cristina Barcelona» (ver tráiler) me dejó marcando ocupado, al pensar que por amor doy un salto al vacío y no mido las consecuencias. Ella de verdad me trastorna, pero esa locura es inestabilidad. Algo en mi cabeza permite recorrer una vida en instantes plenos y maravillosos, pero la mente me aísla en un túnel y no soy capaz de mantener la cordura.
Es una debilidad que lamento, he herido profundamente a esta mujer, de verdad quisiera ser alguien normal, pero no lo soy. El amor es para mí un corto circuito, un cable que se une a ratos y despide chispas, un cuento de hadas que me gusta disfrutar, hasta que la empatía no alcanza, mi corazón se aparta y no quiero seguir haciendo daño.

Mis actos no son lógicos y carezco de profundidad para compartir con otra persona. Cuando la esquizofrenia bifurca personalidades, sólo el intelecto permite estar en pie.
Soy de los que se explica el amor y eso no está bien, no es una ecuación a resolver y cuando la desconexión se produce, debo volver al cauce, intentar explicar mis actos y refugiarme en el arte, particularmente el cine, que vuelve a enseñarme como relacionarme con el resto.
Es un proceso solitario que registro en mi bitácora, escribo para sublimar ese amor descontrolado mientras intento hacerme cargo de los estragos.
A través de las palabras me doy cuenta de los daños irreparables y también de este hombre inconcluso que suele errar su camino.
El ritmo alocado de «Vicky Cristina Barcelona»
El flamenco de Paco de Lucía y Juan Serrano otorga vertiginosidad a las escenas, la guitarra hace vibrar esas emociones desbocadas y sin embargo la vida continúa.
Existen las personas pasionales y valientes dispuestas a morir en el fragor de una relación (María Elena) y otras que tienen tanto miedo que se contentan con vínculos por conveniencia (Vicky).
La apasionada llega al punto del suicidio, del asesinato y al final encuentra la paz en soledad. Pero también hay sujetos que no saben desprenderse de una relación insana (Juan Antonio) y otras personas para las cuales es muy difícil involucrarse (Cristina).

Hay individuos más valientes, dispuestos a desnudarse, tienen miedo, pero igual se arriesgan. Son una fuerza de la naturaleza, mientras otros son inmovilizados por ese miedo, quizás saben que no soportarán una decepción.
Habrá algunos tan aterrados que nunca tomarán un riesgo y se condenarán a estar solos. Todos ellos necesitan de amor o al menos de amor propio.
El corazón manda, pero el cerebro construye
En la novela «El amor de los caracoles» (Juan Mihovilovich) se dice que éstos aman sin tener cerebro. Pero el amor debe ser sano y para los seres humanos la mente es la que potencia el amor, le otorga valor.
No se deja llevar por una emoción pasajera y aquilata a la pareja que tiene al lado, con sus virtudes y defectos, es capaz de tomar buenas decisiones por los dos.

Por eso la locura extravía, uno se enamora perdidamente y no hay meditación de por medio. Así como el brote esquizofrénico aparece cada cierto tiempo y un día se repliega; así también otro desequilibrio químico aparta de la ruta y se extravía el camino, desaparece la intuición y el amor deja de tener sentido.
Huyo despavorido porque me convierto en otra persona y este nuevo sujeto deberá levantarse de nuevo.
«Vicky Cristina Barcelona» rescata el valor de la amistad, entre las amigas e incluso la amistad al interior de la pareja. Quizás pueda ser un lazo más estable que permite sobrevivir a las tempestades.
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Ficha técnica
Título original: Vicky Cristina Barcelona
Año: 2008
Duración: 96 minutos
Producción: Estados Unidos
Dirección: Woody Allen
Guion: Woody Allen
Reparto: Rebecca Hall, Scarlett Johansson, Javier Bardem, Penélope Cruz, Patricia Clarkson
Fotografía: Javier Aguirresarobe
Género: Comedia romántica
Calificación: 9/10
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