Federico García Lorca fue un polo fundamental en la literatura española de principios del siglo anterior, y Salvador Dalí es, de igual manera, un pintor carismático en el panorama artístico del siglo XX.
Quizá no sea tan conocida la relación de estos dos personajes, una relación que, más allá del ámbito artístico, supo hacer un hueco a la amistad, e incluso al amor. Este artículo pretende plasmar la influencia que tuvieron ambos en la obra y vida del otro.
Sobre todo en la vida. Para conocer la relación contamos con un abundante epistolario compartido durante los años 1923 y 1928.
Salvador Dali y Federico Garcia Lorca
Se conocieron en 1923, y ya con el primer vistazo, Lorca se quedó impresionado con aquel estrambótico joven. La amistad surgió enseguida, a pesar de la incapacidad social del pintor.
Pero… ¿Y el amor? No tardó en llegar. En 1925, Federico fue invitado a pasar la Semana Santa a Cadaqués, donde la familia Dalí tenía una casa. Allí pudo intimar más profundamente con Salvador, y se inicia entre ellos una complicidad nata.
El verano de 1925 pasa lento para Federico. Ya no está con su “hijito”, se siente solo, con una gran crisis. Dalí sigue con sus asuntos en su tierra. Sin embargo, no dejan de cartearse. Comienzan poco a poco, a utilizar un lenguaje que solo ellos conocen, guasón y lleno de dobles sentidos. No hay duda ya de que el poeta está comenzando a sentir algo muy fuerte por su amigo. El catalán, por su parte, se muestra reticente a sucumbir a los encantos homoeróticos.
“Federico García Lorca fue la amistad más grande que he tenido”
Salvador Dalí
En esta época ya comienza a verse la influencia que tiene cada uno en la obra del otro. Dalí realiza lienzos en donde la presencia del poeta toma especial relevancia; Lorca no se queda atrás, y compone un poema que se podría describir como un canto a la amistad… y al amor: La Oda a Salvador Dalí.
La relación entre Lorca y Dalí
Los expertos han determinado que en mayo de 1926 hubo un intento por parte de Federico de poseer a Dalí, aunque no funcionó. Después del fallido intento, Dalí se alejó de su amigo, quizá por miedo a reconocerse homosexual o bisexual.
Comenzó su servicio militar en su Figueras natal y cuando tenía un permiso se dedicaba a sus cuadros. Sin embargo, Dalí invitó de nuevo a Lorca a Cadaqués a pasar el mes de julio, quizá en un intento por retomar la amistad.
La relación llegó a su cénit en esos momentos. Según los expertos hubo un segundo intento de tener sexo, aunque de nuevo, fue en vano. Una vez el poeta regresó a Granada, la relación quedó en stand by y sólo mantendrían contacto epistolar. No se volvieron a ver hasta 1935. La ruptura de la relación se le ha achacado a Luis Buñuel. El cineasta malmetió entre ellos hasta apartar completamente al pintor del poeta.
En 1935, aprovechando una estancia de Dalí en Barcelona, Lorca fue invitado a Tarragona por el pintor, no sin provocar un pequeño escándalo, ya que ese mismo día tenía una conferencia, y dejó plantados al público y al director teatral, que tuvo que justificar su falta.
Buñuel entró en medio de la pareja
Sin embargo, este reencuentro sería breve, puesto que medio año después, ya en 1936, Federico García Lorca fue asesinado. Cuando Dalí se enteró de la muerte de su amigo debió quedar realmente impactado. Así se demuestra en obras suyas de finales de 1930, donde suele aparecer la figura de un hombre cuyos rasgos se asemejan a los del poeta, lo cual demuestra que siempre guardaría su recuerdo.
Fue una relación apasionada como pocas. Tan es así, que en una entrevista posterior, Dalí afirmó que “Federico García Lorca fue (sic) la amistad más grande que he tenido”, cuando poco antes había dicho que “Dalí es un hombre de ningún amigo”. La influencia que ejerció el poeta sobre el pintor fue arrolladora, tanto en amistad como en pasión amorosa.
Escrito por Taringi