El pasado 16 de abril y de la mano de A24 ( «A different man», «Moonlight» o «The Brutalist») llegó a los cines «Warfare: Tiempo de guerra», la última película de Alex Garland. Parece ser que, después de «Civil War» el director británico se quedó con ganas de más guerra y ahora nos presenta una más real y dolorosa, alejada de futuros distópicos y donde el pasado reciente de EEUU es el protagonista.
Y a pesar de todo
Intentaré ser honesto, aunque no lo garantizo. «Warfare» no aporta nada al género bélico, o al menos nada nuevo. Todo lo que muestra ya está visto y contado, y no pocas veces. Soldados y explosiones, testosterona a capazos y ríos de sangre. Y a pesar de todo consiguió entretenerme. La tensión va en aumento a medida que avanzan los minutos y el realismo de sus imágenes es sobresaliente.
Porque sí, en ese aspecto no falla, su experiencia de guerra es tan inmersiva que te hará tragar polvo y saborear el óxido en la boca. Yo hasta tuve que ducharme después de verla.
Así que, si esa era la intención de Alex Garland le felicito y le doy mi enhorabuena. Lo ha conseguido. Ha recreado a la perfección Call of Duty 5. Sin embargo, soy incapaz de pasar por alto su mensaje, y eso influye en mi opinión. Por más que me esfuerzo no logro entender la razón de ser de esta película. Una historia supuestamente antibelicista que, acaba por glorificar el dolor, homenajear al que lo causó y silenciar a quienes lo sufrieron. 95 minutos de obsceno silencio.
Irak, 2006. Tres años de invasión
Aún es de noche en Ramadi y en sus calles vacías se distinguen las siluetas de los soldados. Avanzan a través de la oscuridad buscando una casa que asaltar. Su misión, montar en ella un punto de control y vigilancia invisible para el enemigo. Pero la ciudad también observa y sus casas, separadas por cuadras, se pueden convertir en una ratonera. Ante nosotros nada ocurre y sin embargo, todos lo sabemos, algo está pasando fuera. De lo que sucedió ese día y como consiguieron salir de allí, nos habla la película.

Basada en testimonios directos y experiencias reales, seguimos al batallón del ejército de operaciones especiales, los NAVYs SEALs, durante un día de combate en Irak. Concretamente en los últimos días de la Batalla de Ramadi. Como si de un videojuego se tratara, entre miras de francotiradores, imágenes satélite y el polvo amarillento cubriendo las calles, «Warfare» retrata un instante de lo que fue el auge de la guerra moderna. Con el sonido preciso y oportuno, Alex Garland rompe la calma del espectador. Ya sea el zumbido que se abre paso tras la explosión o el disparo sordo de un rifle francotirador.
La película técnica y artísticamente es notable, incluso atractiva para cierto tipo de público. Uniformes, armas, localizaciones, caracterización de personajes… todo idéntico hasta en el más mínimo detalle. Imaginas lo que vivieron ese día y difícilmente lo podrían reproducir mejor. Y el responsable de todo esto en gran parte se llama Ray Mendoza, uno de aquellos marines que integraban el batallón en Irak. Tras aconsejar a Alex Garland con «Civil War», ahora escribe el guion y codirige junto a él, en su primera inmersión en el cine.
Y hasta aquí todo bien. Podría finalizar la crítica y priorizar la calidad audiovisual de «Warfare». Podría darle el mérito a su historia, aunque no sea original. Sería más sencillo. Pero no, aún no he terminado y por desgracia me pareció tan relevante lo que cuenta como todo lo que calla.
«Warfare» y su dudosa necesidad de ser contada
Su facilidad para ponerse de perfil en sus propias películas suscita muchas preguntas. «La guerra no tiene que ver con derechas e izquierdas» contestaba de nuevo Alex Garland algo molesto con el periodista. Y sinceramente creo que tiene razón.
La guerra, especialmente esa, cuando es ilegal y no cumple con ningún principio de proporcionalidad, no va de derechas e izquierdas. Mas bien de víctimas y asesinos, agredidos y agresores y con culpables e inocentes. Ni de derechas ni de izquierdas señor Garland, efectivamente. La guerra va de verdades y mentiras y es de justicia contarlas.
Ahora, imagina por un momento una versión nueva del soldado Ryan. Una llena de nazis haciendo cosas de nazis y matando a los aliados. Una en la que los nazis salvan a su Ryan nacional-socialista en la defensa de Normandía. Y por el camino, unos cuantos norteamericanos sin importancia, de los que nadie echaría de menos, son asesinados. Pues te la comes entera, empatizas con los nazis y mientras dudas de lo que estás viendo, te dicen sin tapujos que es aséptica, objetiva y antibelicista. Que si derechas o izquierdas.
Esa es la esencia de «Warfare». Un película donde el contexto desaparece por completo y sin él, pocas alternativas nos quedan. Sin mostrar nada más que un punto de vista, acabas empatizando con los agresores y ninguneando a los agredidos. Y no hay hiperrealismo ni buenas intenciones que le puedan servir de escudo. Al final, después de verla y pensar en lo que has visto, te das cuenta de que «Warfare» solo es honor militar y patriotismo.
Y ya por último déjenme dudar, al menos un poco, del comportamiento que tienen sus protagonistas. Tan correcto siempre, incluso viviendo un infierno. Por momentos te olvidas de lo que son. Marines estadounidenses y de operaciones especiales durante la invasión de Irak. Los mismos de Guantánamo, las torturas y los secuestros masivos.
Lo que algunos llaman apolítico y lo tildan de caso real objetivo yo lo llamo obsceno e innecesario. Aún con todo os recomiendo verla y que saquéis vuestras propias conclusiones. Las mías espero haberlas aclarado.
Dónde ver «Warfare: Tiempo de Guerra»
La película de Alex Garland y Ray Mendoza se estrenó en cines el pasado 16 de abril. Un mes después sigue en cartelera y con un aclamado recibimiento de gran parte de la crítica. Si te gustan las películas bélicas «Warfare: Tiempo de Guerra» no te la debes perder.
Ficha técnica
Dirección: Alex Garland y Ray Mendoza Título original: Warfare
País: EEUU Duración: 95 min Género: Bélico
Guion: Alex Garland y Ray Mendoza (basada en sus propias experiencias)
Reparto: D’Pharaoh Woon-A-Tai, Will Poulter, Cosmo Jarvis, Joseph Quinn, Kit Connor, Finn Bennett
Síguenos en Twitter, Instagram o apúntate a alguna de nuestras Newsletters.