COMPANION (2025) frente a los afectos cibernéticos

COMPANION (2025) frente a los afectos cibernéticos

Los seres humanos son poco constantes en los afectos, mucho más imperfectos debido a que no tenemos un lenguaje de programación que nos obligue a ser leales con otra persona.

Dirigida por Drew Hancock

Iris es una mujer insegura y dependiente de Josh, lo conoció de manera fortuita en un supermercado y quedó flechada para siempre.

Acuden a una reunión en la casa del lago de un hombre violento que al parecer trabaja en negocios ilícitos.

Iris después de la fiesta acude a la playa y el hombre intenta agredirla sexualmente, tan brutal es la situación que Iris se ve obligada a darle muerte.

La chica vuelve a la casa con la ropa ensangrentada y ante la desesperación, Josh le pide que se “apague”.

El amor expresado como un dolor infinito

El espectador de Companion se entera que es un robot y ella explica que no hubiera soportado dejar de ver a Josh, ese “dolor” la ha impulsado a matar.

Todo se trata de un plan para asesinar al supuesto mafioso y repartirse su dinero. Para ello Josh utilizó un inhibidor de las prerrogativas básicas que le impiden al robot atacar a los humanos.

Thriller futurista

Companion es una sucesión de eventos gatillados por la avaricia, se suceden varias muertes, nos damos cuenta de que hay que provocar el instinto asesino en los robots, en cambio los humanos actúan por interés, las relaciones sexuales con esos cuerpos cibernéticos no tienen que ver con el amor, aunque paradojalmente Iris abrigaba un dolor infinito ante la pérdida, entendemos que es una forma de entender ese “amor”.

El espectador recuerda Inteligencia Artificial (2001) de Steven Spielberg y esa capacidad del niño-robot (David) de sentir una emoción (también infinita) por la madre humana a pesar de que ésta lo ha abandonado. Emoción tan fuerte que se mantiene inalterada por siglos.

Afectos cibernéticos

De trasfondo queda suspendida la idea de que en el futuro las personas delegarán afectos hacia criaturas cibernéticas y el ser humano se volverá más egoísta y solitario al convertirse en el centro exclusivo de atención de su pareja artificial.

Los seres humanos son poco constantes en los afectos, mucho más imperfectos debido a que no tenemos un lenguaje de programación que nos obligue a ser leales con otra persona.

Presenciamos incluso un suicidio de otro robot “enamorado” al darse cuenta que el sujeto que idolatra ha muerto.

Companion es un filme entretenido, con un final liberador donde la ausencia del ser humano es la que permite esa sensación de libertad.

8/10 - (1 voto)