La estructura narrativa de «El Quijote»

La estructura narrativa de «El Quijote»

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No hay nada mejor que disfrutar de las enseñanzas de alguien que ama verdaderamente su trabajo. Alguien que, a pesar de reconocimientos y años de experiencia, sigue sintiendo la turbación y nerviosismo en cada clase que comienza.

Cada paso que dimos a su lado, nos enseñó a pensar y reflexionar nuestras ideas y conclusiones, nos enseñó a ser mejores filólogos. Uno de los grandes privilegios de mi vida fue -y es- tenerlo como amigo y profesor en la facultad de Filosofía y Letras de Córdoba.

El profesor-doctor Pedro Ruiz Pérez, que para nosotros, y para muchos otros, es la definición perfecta del mensajero con mensaje…

Ave, pater! Va por ti. Siempre por ti.

   Aunque lo ideal es el acercamiento sin prejuicios a cualquier obra literaria por parte del lector, cierto es que a veces es totalmente imposible inhibirse de las influencias ajenas. Con obras de mayor calado, la permeabilidad a estas indicaciones de carácter instructivo y pedagógico es inevitable, porque ayudan al lector a comprender la obra y a cumplir ese horizonte literario.

1.- Una herramienta enorme para la comprensión de la gran obra cervantina.

   En su estudio La estructura paródica de El Quijote (a partir de ahora EPQ), Ferreras nos desgrana de manera clara e instructiva las cuatro direcciones en las que se construye la estructura narrativa de la gran obra de Cervantes. Huelga decir que, además de ser una herramienta útil para la comprensión de El Quijote, los términos usados para iluminar el mundo quijotesco son totalmente extrapolables a cualquier otra obra narrativa a la que el lector se quiera acercar. En este caso, y por cuestiones obvias de extensión, ejemplificaré las enseñanzas de la EPQ de Ferreras con un único capítulo de la obra de Cervantes: el episodio de los cueros de vino que acontece en la venta.

2.- Los cuatro mundos de El Quijote.

   Mundo voluntario: es un verdadero intramundo, construido por el personaje o personajes. Es de carácter interior y suele residir en la voluntad del personaje/personajes. De marcado carácter natural y real, pero el personaje escoge de él lo que libremente desea. El mundo voluntario se enriquece al ponerse en comunicación, casi siempre problemática, con el resto de universos o mundos.

   Mundo transformado por don Quijote: es la primera consecuencia de la obra, una apariencia que contamina o media, y hasta determina, la conducta del protagonista. Esta apariencia se constituye así como mundo, como universo.

   Mundo transformado por los otros: un mundo fingido. Los otros son aquí los que no son don Quijote; también nos encontramos aquí ante otra consecuencia automática de la estructura paródica ya que, no sólo el protagonista transforma el mundo y crea así un mundo, sino que los otros, o, al menos, otros, transforman también la realidad, crean una nueva apariencia, y esta apariencia también posee fuerza y determinación.

   Mundo real: el extramundo, lo que en principio ha de corresponder con la realidad objetiva. Naturalmente, este mundo, al que nadie puede discutir sus leyes y mediaciones, sirve también para contrastar los tres mundos anteriormente enumerados.

Escrito por Antonio Machado


Bibliografía de interés
Ed. conmemorativa de El Quijote, RAE.
Ferreras, Juan Ignacio, La estructura paródica de El Quijote, Ed. Taurus, 1982.

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