Se dice que a Le Corbusier le dolió en el ego que una mujer hubiese hecho una obra así, interpretando libremente sus normas arquitectónicas. Por ello quiso pintar las paredes la casa para poder dejar su huella y ser el centro de atención
El salseo ha existido desde el principio de la humanidad. Seguramente más veces de las que conocemos. Una cosa que gusta de todas las anécdotas es que podemos saber lo que hay detrás de la persona, lo de verdad, no lo que nos quiere enseñar, como en las fotos de Instagram. Y hablando de fotos hablemos de la famosilla foto de Le Corbusier pintando desnudo.
Pues hay una situación interesante detrás de esa foto, hay una mujer de hecho: la rivalidad entre Charles-Édouard Jeanneret-Gris y Eileen Gray.
La pelea de Le Corbusier y Gray
Eileen Gray era una diseñadora y artista irlandesa, creadora de la silla Bidendum, entre otras muchas cosas. Y un poco pasota en lo que se refería a seguir las normas de su tiempo.
Eileen Gray mantuvo una relación profesional y personal con el arquitecto rumano Jean Badovici. Badovici además era el editor de una importante revista de arquitectura, lo que facilitó la difusión de las innovaciones y conceptos de Gray en el ámbito arquitectónico. La colaboración entre ambos dio lugar a la creación de la casa E-1027.
Casa E-1027
La villa es un icono del movimiento moderno, tanto que el propio Le Corbusier, amigo de Jean, se quedó muy impactado cuando la visitó. , un refugio aislado en la costa francesa que se ha convertido en un icono del movimiento moderno.
El nombre de la casa es un código que combina las iniciales de Eileen Gray (E) y Jean Badovici (10 para la J de Jean, 2 para la B de Badovici y 7 para la G de Gray).
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Este proyecto se destaca por su diseño innovador y su funcionalidad, elementos que reflejan la filosofía de Gray sobre el espacio habitable. La villa incorpora principios del diseño racionalista, con un enfoque en la simplicidad, la luz natural y la integración con el entorno.
El impacto de la casa E-1027 fue tal que incluso Le Corbusier, uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX y amigo de Badovici, quedó profundamente impresionado al visitarla. La villa no solo representa un refugio personal para Gray y Badovici, sino también un manifiesto arquitectónico que desafió y enriqueció las ideas del movimiento moderno.
Eileen Gray, la arquitecta que obsesionó a Le Corbusier
Se dice y comenta que a Le Corbu le dolió un poco en el ego que alguien que era mujer y diseñadora hubiese hecho una obra así, interpretando libremente sus principios de la arquitectura, y que él no tuviese nada que ver. Por ello no paraba de proponer pintar sus conocidos murales figurativos en las paredes neutras de la casa, en lo que él pensaba que iba a ser una aportación de mejora.
A Gray, por supuesto, no le daba la gana que alterasen una obra que tan rigurosamente había pensado.
Lo que pasó a continuación es un poco confuso, pero parece ser que Gray invitó a Le Corbusier a la casa y allí él pintó sus deseadísimos murales, que poco tenían que ver con el carácter del conjunto. De hecho, tapó con uno de ellos uno de la propia Eileen.
Además, para más inri, se hizo la famosa foto desnudo pintándolos.
Parece ser que Eileen nunca más volvió a pisar la casa por ver violada su obra de tal manera y que, además, después de todo, en las publicaciones que mostraban los murales años después no la mencionaban siquiera como diseñadora de la casa E-1027. Se acabó por pensar que cierta parte de la autoría de la obra era del propio Le Corbusier.
Le Corbusier desnudo
La cosa no quedó ahí. El Corbu acabó por comprarse una parcela a escasos 20 metros por encima de la E-1027 para hacerse su Cabonnon, que contrasta enormemente con ella, rompiendo totalmente el carácter de refugio aislado que tenía con el entorno. Además, consiguió que una amistad suya comprase la vivienda en subasta pública.
Le Cabanon y la Casa E-1027
Pero Le Corbusier no se detuvo en solo pintar murales y estropear sus paredes. A muy poca distancia de la Casa E-1027, decidió construir su propia estructura, Le Cabanon.
Esta pequeña cabaña, a simple vista modesta, fue diseñada para ser un refugio personal y una declaración de su visión arquitectónica. Aunque el tamaño y la funcionalidad de Le Cabanon eran limitados, su proximidad a la Casa E-1027 y su cuidadoso diseño eran un claro intento de competir con la creación de Gray.
Le Corbusier quiso demostrar que podía igualar o superar la innovación femenina.
Así, Le Cabanon no solo representa una obra arquitectónica, sino también un testimonio de la rivalidad y la admiración que Le Corbusier sentía hacia Eileen Gray y su emblemática Casa E-1027. La villa está abierta al público desde 2015 y estos murales se han considerado intocables en su restauración, trastocando claramente el sentido original del proyecto.
Las mentiras sobre Le Corbusier
De este relato hay mucho escrito, hay hasta cartas escritas entre los protagonistas. Muchas interpretaciones, pero los hechos son los hechos. Esta historia sirve para hacer dos interpretaciones: la primera, que Le Corbusier en nuestro tiempo sería un posturetas instagramer con el objetivo de parasitar toda producción que se hiciese.
La segunda es como las mujeres están prácticamente borradas o con menos peso del que debiesen en nuestra formación, habiendo ejemplos que nos pueden enseñar mucho, como Eileen Gray. Desgraciadamente, más de una, más de dos y más de tres veces han sido tapadas por sus compañeros varones de profesión.
Unas veces por descuido, pero otras muchas veces de manera premeditada o en base a una rivalidad como en esta situación.
Es una pena, pero también es bastante probable que si no hubiese sido por la intervención del gigante de la arquitectura (Le Corbusier, no IKEA) quizás esta obra nunca se hubiese restaurado o no la conocería ni la mitad de la gente. Yo mismo no había oído hablar de esta señora hasta pasados varios años de Arquitectura.
Es necesario que todas esas mujeres sean reconocidas. Profesores: añadidlas a vuestros temarios. Alumnos: interesaros en ellas y reivindicadlas.