Tras las grandes lluvias, riadas y los desastres producidos en la Comunidad Valenciana y en toda la costa mediterránea, España entera se ha volcado. Miles de voluntarios acuden día tras día para ayudar en todas las labores de limpieza y recostrucción a los diferentes pueblos afectados.
De lo que no son conscientes muchos de ellos es de los peligros que puede tener para su salud el contacto con el lodo y el barro acumulado durante toda la semana. El objetivo de este artículo es explicar los principales riesgos.
Los cortes son la entrada perfecta para infecciones
Aunque en el día a día nos hagamos heridas pequeñas y las veamos como algo normal, en las zonas afectadas por la Dana pueden ser muy peligrosas.
Si una herida, corte o hasta un arañazo entra en contacto con agua contaminada aumenta el riesgo de que cojamos una infección.
Es fundamental que si un voluntario se hace una herida en la limpie inmediatamente con agua potable y jabón, desinfectarla y la protejerla. Si os mojais heridas id directamente a que os lo miren y os limpien.
Si la herida muestra signos de infección (enrojecimiento, hinchazón, dolor intenso o supuración), se debe buscar atención médica de inmediato para evitar complicaciones graves.
Si eres voluntario, no te afeites
Otra de las recomendaciones para los volutnarios es la de no depilarse ni afetarse. Al hacerlo la piel se irrita y los poros se abren. Y cuando estos entran en contacto con el agua o el aire contaminado pueden ser una vía rápida para las infecciones y las enfermedades.
Aguas estancadas: un peligro constante
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los voluntarios y el personal que ha acudido a los pueblos valencianos es la acumulación de agua estancada por casi una semana.
El lodo y las aguas estancadas están en contacto directo con los animales y las personas fallecidas y son un perfecto caldo de cultivo para mosquitos y otros animales que pueden transmitir enfermedades.
El Ministerio de Sanidad ha avisado de que si se encuentra algún cadáver (humano o animal) no se debe tocar bajo ninguna circunstancia, y se debe avisar inmediatamente a las autoridades.
Todos los voluntarios que trabajen en zonas donde haya agua acumulada deben ir con los EPIs oportunos y cuidando todo lo posible su seguridad. Es aconsejable el uso de botas impermeables altas, doble capa de guantes (unos de obra y unos de guantes de nitrilo), y ropa larga tanto por arriba como por abajo.
El objetivo es dejar las mínimas zonas libres posibles para reducir la superficie que pueda tocar el agua.
En línea de lo anterior hay que tratar de evitar que el agua llegue a ojos, nariz o boca, ya que cualquier apertura corporal puede servir como puerta de entrada para las enfermedades.
Riesgo de brotes de enfermedades infecciosas
En contextos de emergencia, el riesgo de brotes de enfermedades infecciosas se incrementa.
Enfermedades como la hepatitis A y la leptospirosis, causada por el contacto con orina de animales, pueden afectar tanto a los voluntarios como a la población en general si no se toman las medidas adecuadas.
La leptospirosis, en particular, puede encontrarse en aguas contaminadas con orina de roedores, y provoca síntomas como fiebre, dolor muscular y cefalea; en casos graves, puede afectar a órganos vitales como el hígado y los riñones.
El agotamiento físico y mental
Las tareas de rescate y limpieza son físicamente exigentes y para muchas personas acaban siendo también agotadoras emocionalmente.
El estrés y el cansancio físico debilitan el sistema inmunológico de los voluntarios y hace que estos sean más vulnerables ante las infecciones y enfermedades, sobre todo si es gente no acostumbrada a trabajar con este ritmo.
Es importante tomar descansos regulares y mentener el cuerpo siempre hidratado, para poder combatir el calor y las largas horas de trabajo.
Recomendaciones para reducir riesgos en el voluntariado en zonas inundadas
Para reducir al mínimo los riesgos a los que se exponen los voluntarios en las zonas afectadas por la DANA, es recomendable seguir estas pautas básicas de salud y seguridad:
Uso de equipo de protección personal (EPI)
Los guantes y botas impermeables, gafas protectoras y mascarillas deberían ser parte obligatoria de la vestimenta.
Vacunación
El doctor Oriol Mitjà recomienda tener las vacunas de la Hepatitis A y del Tétanos. Es importante revisar la cartilla de vacunación, pues aunque te hayas vacunado del tétanos de pequeño se recomienda volver a hacerlo cada 10 años.
Higiene personal
Lavarse las manos frecuentemente con agua potable y jabón o desinfectarlas con gel hidroalcohólico. Además, evitar tocarse la cara durante las labores de limpieza.
Hidratación y descanso
Mantenerse hidratado y tomar descansos frecuentes es fundamental para prevenir el agotamiento y el golpe de calor. Llevar botellas de agua potable y refrescarse en áreas de descanso seguras.
Protección de heridas
Cubrir cualquier corte o raspadura antes de comenzar las labores y revisar regularmente las heridas para detectar signos de infección. Llevar un botiquín de primeros auxilios para limpiar y proteger las heridas.
Evitar el consumo de alimentos contaminados
No comer ni beber productos que hayan estado en contacto con el agua de la inundación. Es preferible consumir alimentos envasados y agua embotellada para reducir el riesgo de intoxicación.
Consulta médica ante cualquier síntoma
Si un voluntario experimenta síntomas como fiebre, dolor muscular, diarrea, vómitos o irritación cutánea, es recomendable buscar atención médica para descartar infecciones graves o intoxicaciones.