«La historia se repite, primero como tragedia, después como farsa.» Esta máxima de Karl Marx bien podría aplicarse a The Messenger: The Story of Joan of Arc (1999), una obra nacida de la ambición de Luc Besson y sepultada por su propio ego.
Concebida en primigeniamente como un gran relato épico sobre una de las figuras más icónicas de la historia terminó convertido en un espectáculo ruidoso, grandilocuente y carente de alma, lastrado por una interpretación que roza lo grotesco y un contexto de producción marcado por la manipulación conyugal y la megalomanía y pretenciosidad huecas.
Kathryn Bigelow: El proyecto perdido
Antes de que Besson tomara las riendas del proyecto, Kathryn Bigelow llevaba años desarrollando Company of Angels, una película sobre Juana de Arco con un enfoque meticuloso y realista. Con la colaboración inicial de Besson, el proyecto parecía prometedor. Sin embargo, todo cambió cuando la cineasta descartó a Milla Jovovich para el papel principal. La respuesta de Besson fue inmediata: retiró su apoyo financiero y logístico, condenando la visión de Bigelow al ostracismo.
Bigelow se sintió traicionada y consideró demandarlo por apropiación indebida de su investigación, pero finalmente optó por no llevar el conflicto a los tribunales. En una entrevista posterior, declaró:
«Trabajé durante años en una visión de Juana de Arco que respetara su complejidad psicológica, pero Besson solo quería filmar a su esposa en un papel para el que no era adecuada. Fue una traición artística y personal.»
Esta maniobra de Besson no solo privó al cine de lo que podría haber sido una obra de gran calado, sino que también estableció un precedente sobre cómo las dinámicas personales pueden corromper la creatividad cinematográfica. Como veremos más adelante, el criterio de Bigelow se ceñía más al acervo cinematográfico más que al blockbuster: Milla Jovovich.
Milla Jovovich: Entre la sobreactuación y la parodia
Con Bigelow fuera de la ecuación, Besson tomó el control absoluto de la película y colocó a Milla Jovovich en el centro de su visión. Su actuación, sin embargo, terminó siendo una de las más criticadas de la década. Film Paradigma analiza su interpretación en estos términos:
«Milla Jovovich es moldeada por Besson para aparecer constantemente histérica, en éxtasis y finalmente en duda. Los momentos de contemplación no son nunca serenos sino exaltados, las acciones guerreras en el mismo tono histérico.»
Pero culpar únicamente a Jovovich del despropósito sería injusto: cierto es que sus limitadas dotes interpretativas no son las únicas taras de una película preñada de inconsistencias. En el fondo, el mayor culpable es Luc Besson que no supo o no quiso matizar su actuación. En lugar de una Juana inspiradora, enigmática o compleja, en la cinta del 99′ nos encontramos con una protagonista que grita, gesticula sin control y convierte cada escena en un torbellino de aspavientos descontrolados. Roger Ebert lo expresó de manera contundente:
«La película es un desastre: una épica de vestuario inflada sin nadie en el centro.»
El desastre interpretativo fue tal que Jovovich terminó nominada al Razzie a la Peor Actriz, premio que acabó por abatir la meteórica carrera de la ucraniana tras su exótico rol en el taquillazo de “El Quinto Elemento”; irónico para una actriz que intentaba demostrar su valía en un papel que, en otras manos y con una dirección más refinada, podría haber sido memorable.
Seamos francos: Jovovich y Besson convirtieron Juana de Arco en lupanar de egos, excesos y problemas conyugales.
La caída de Besson por su ego
Luc Besson ha sido un director visionario en muchas de sus obras, pero en The Messenger sucumbió a su propia vanidad. Su obsesión por Milla Jovovich y su decisión de moldear el proyecto en torno a ella condenaron la película desde su concepción. En lugar de trabajar con una actriz capaz de transmitir la complejidad del personaje, optó por imponer a su pareja en un papel que la sobrepasaba.
Paradójicamente, la relación entre Besson y Jovovich no sobrevivió al fracaso de la película. Se divorciaron en 1999, el mismo año del estreno de Juana de Arco, lo que refuerza la idea de que la cinta fue tanto un proyecto personal como un vehículo de su relación. En una entrevista posterior, Jovovich reflexionó sobre la experiencia:
«Fue un rodaje muy intenso. No sé si fue lo mejor para nuestra relación, pero en ese momento pensábamos que podíamos hacer historia juntos.»
Un monumento al despropósito
The Messenger: The Story of Joan of Arc es una película fallida en todos los sentidos. Ni el pantagruélico plantel de grandes figuras, (Malkovich, Hoffman, Faye Dunaway, Vincent Cassel…) logra salvar el barco: su excelsa y errática duración, la falta de una dirección y pulso narrativo consistentes unido a un putativo histrionismo espasmódico que hiede e impregna todo el filme, impiden disfrutar de sus escasos aciertos, (su brutal prologo).
Lo que pudo haber sido una obra maestra de la épica histórica se convirtió en un festival de sobreactuación, decisiones arbitrarias y traiciones artísticas. Besson no solo perdió la oportunidad de contar la historia de Juana con la profundidad que merecía, sino que destruyó un proyecto más prometedor en el proceso.
El cine es, ante todo, un arte colaborativo. Cuando la ambición personal y los intereses sentimentales eclipsan la visión artística, el resultado suele ser catastrófico. The Messenger es un recordatorio de que… donde labores, nunca riegues las flores…
Donde ver Juana de Arco 1999
Este 2025 puedes disfrutar de la película completa de Juana de Arco (1999) en Apple TV. Hasta hace no mucho estaba también en otras plataformas de stream (Amazon Prime Video), pero la compañía estadounidense decidió quitarla de su catálogo.
Ficha Técnica de la Juana de Arco de Luc Besson
Nombre original: The Messenger: The Story of Joan of Arc
Año: 1999
Dirección: Luc Besson
Guion: Andrew Birkin, Luc Besson
Reparto: Milla Jovovich, John Malkovich, Faye Dunaway
País de origen: Francia
Género: Drama historico
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