Hace unos días se cumplió el aniversario de una de las pocas tragedias en la carrera de la exploración espacial. La de la misión STS-51L, el transbordador espacial que llevaba civiles por primera vez. Pero más allá de esta catástrofe te preguntarás: ¿hubo muchos más desastres espaciales?
Pues muchas no hubo, pero la carrera espacial no está exenta de riesgos y desde luego por desgracia no está con un historial con fallecidos a sus espaldas.
Accidentes mortales en la carrera espacial
Cabe destacar que la tragedia espacial de la que vamos a hablar en el día de hoy es la que ocurrió el 28 de enero de 1986 en la que un fallo en unas juntas de goma de los tanques de combustible del impulsor de lanzamiento principal del transbordador Challenger en la misión STS-51L provocó la muerte de su tripulación al completo.
Pero antes de sumergirnos en ella vamos a hacer un pequeño paréntesis para hacer números.

Recordaremos que dentro de los accidentes espaciales existen tres grandes categorías: Accidentes dentro de la misión, subdividida a su vez en accidentes sobre la línea Karman y accidentes ocurridos bajo la línea Karman y Accidentes en entrenamientos previos.
Englobando todas las categorías el primer accidente registrado en la carrera espacial con algún muerto es el ocurrido el 23 de marzo de 1961. Cuando en un entrenamiento en la cámara de hipoxia perteneciente al grupo 1 de la fuerza aérea soviética sufrió un incendio mientras estaba dentro Valentín Bondarenko provoco su muerte.
A decir verdad fue directa o indirectamente culpa suya. Pues dejo caer un paño empapado de alcohol sobre una placa eléctrica lo que fue el principal detonante del incendio que le costó la vida.
La tragedia del vuelo STS-51L «El Challenger»
Pero volvamos al accidente que hoy nos ocupa, la tragedia del Challenger.
Ocurrió la mañana del 28 de enero de 1986 a los 73 segundos del inicio de la misión. Mientras el transbordador se situaba ya a una altura de unos 14 km. Se pudo ver desde tierra y por televisión en millones de hogares como se detonaba el conjunto impulsor y vehículo que habían despegado poco tiempo antes.
Producto de la citada detonación se perdió el contacto con la nave y posteriormente pudo encontrarse los restos de la misma diseminados por una gran área de cientos de km alrededor del área de lanzamiento situada en el centro espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida.
La investigación
Estos restos como es obvio fueron objeto de una minuciosa investigación y tras varios meses de pesquisas se hicieron públicas las conclusiones de la misma.
Según la investigación realizada por la NASA y las autoridades de navegación aérea estadounidenses la causa principal del accidente. Fue un fallo en unas juntas de goma de sellado del tanque de combustible de uno de los impulsores de despegue.
¿Qué provocó el fallo del Challenger?
Pero, ¿qué provoco ese fallo? La respuesta es la baja temperatura ambiental que había ese día en esa zona de Florida. Lo que hizo que los ingenieros de misión desaconsejaran el despegue en el intervalo de tiempo programado y apuntaban a posponerlo de fecha.
Esto ocurrió en un tiempo en el que las decisiones dentro de la NASA primaban la política y no tanto la seguridad de las misiones.
Presiones de los altos responsables del organismo hicieron forzar el despegue de la misión STS-51L en condiciones que no eran las técnicamente idóneas lo que provocó el desastre.
Esto no lo diremos a la ligera. Lo vamos a argumentar recordando a Christa McAuliffe profesora de secundaria en un instituto de Washington. Iba a ser la primera civil en participar activamente como integrante de un vuelo espacial formando parte del programa “Un profesor en el espacio”. Este programa anunciado por Ronald Reagan.
Perseguía poner a un civil cualificado para misiones de enseñanza como integrante de un vuelo espacial.
Para así “volver a enganchar al programa” a la multitud de la población a una agencia y unas misiones que no solo consumían ingentes cantidades de dinero público, sino que estaban perdiendo el apoyo e interés de la población.

Fruto de este accidente y como ya hemos dicho falleció la tripulación al completo, al principio se creía que había sido una muerte instantánea. Pues se pensaba que con la deflagración que se pudo ver desde tierra unido a los primeros estudios de los restos se pensó que así fue.
Por desgracia el análisis más minucioso demostró que la estanqueidad de la “cápsula de vida” donde se encontraban los astronautas no se perdió de forma instantánea si bien sí se perdió al momento del impacto con tierra.
La cápsula de vida del transbordador espacial
Esa cápsula de vida no era más que el habitáculo desde donde se encontraban durante las operaciones de despegue y aterrizaje de las misiones los integrantes de las mismas.
Un estudio pormenorizado de esos restos demostró que algunos de los interruptores y botones de los tableros de instrumentos de la nave fueron manipulados posteriormente a la explosión. Por lo que al menos uno de los integrantes de la misión sí sobrevivió a la explosión. Si bien no está demostrado que llegara al impacto final con vida. Hay que recordar que la explosión se produjo cuando el conjunto se encontraba a una altitud de 14 kilómetros. Además, que en esas altitudes la densidad de oxígeno sin soporte de la nave es tan pobre que solo tendrían unos segundo antes de perder el conocimiento por falta del mismo.
Las conclusiones finales de la investigación de la comisión Rodgers rebelaron como culpable técnico las juntas de las que ya hemos hablado. Pero como culpables reales de la tragedia señalaban a los máximos responsables de la NASA. Por las presiones que ejercieron para que no se retrasara más el lanzamiento de la misión STS-51L. A pesar de que los ingenieros de la agencia espacial y de la empresa Thiokol también participante en la misión.
Medidas tras la tragedia de la misión STS-51L
Sobre las medidas que se tomaron para que después de poner en tierra durante 32 meses. Toda la flota de transbordadores espaciales fuera seguro volver a operar con ellos destacaremos los siguientes en una lista:
- Aumento de las medidas de escape y supervivencia en caso de fallos en la nave
- Aumento de los controles de calidad y modificación de las juntas objeto del accidente
- Rediseño y evaluación en profundidad de las juntas tóricas que provocaron el accidente para que pudieran operar en condiciones climatológicas extremas
- Disminución drástica de las presiones políticas para operar cuando las condiciones técnicas o climatológicas no fueran las correctas, La seguridad por encima de la espectacularidad.
- Uso de los trajes presurizados durante el despegue y el aterrizaje (esto no se hacía antes por norma, desde entonces sí).
Este no es más que un pequeño resumen de las medidas más importantes que se tomaron para hacer posible la vuelta de los transbordadores espaciales al espacio tras 32 meses en los que se hicieron estudios muy exhaustivos para llegar a los índices de seguridad requeridos para realizar las operaciones de la forma más segura posible.
La tripulación al completo de la misión STS-51L
La tripulación de la misión STS-51L de la NASA llevada a cabo por el transbordador espacial “Challenger” en la mañana del 28 de enero de 1986 eran:
- Christa McAuliffe-Especialista de Carga útil-profesora
- Francis R Scobee- Comandante de la misión
- Michael J Smith-Piloto
- Ronald McNair- Especialista de misión
- Ellison Onizuka-Especialista de misión
- Judith Resnik-Especialista de misión
- Gregory Jarvis-Especialista de Carga útil.
Vaya por ellos este artículo como homenaje por su valiente contribución a la era espacial.