Madrid pierde un latido. El histórico Café Gijón, ese refugio de palabras, el recuerdo de la edad de plata de la literatura española, el rincón por el que han pasado tantas grandes plumas, ha bajado el cierre tras más de un siglo de vida.
El mítico local, fundado en 1888, cierra temporalmente tras su venta al Grupo Cappuccino, una cadena de restauración de lujo que le ha comprado el local a la familia dueña del café.
El fin de un símbolo
Durante décadas, el Café Gijón fue un escenario de la cultura española. Las tertulias del Madrid de la República y las de posguerra, llenas de intelectuales y periodistas, son ya parte de la historia nacional.
Su cierre, anunciado discretamente a comienzos de octubre de 2025, simboliza para muchos el final de una época en la que Madrid se pensaba —y se escribía— entre el humo de los cigarrillos y el murmullo de la conversación.
Los años dorados de tertulias y bohemia
En 1934, el Gijón se había convertido ya en el templo de la farándula literaria madrileña, en abierta competencia con los cafés de Sol. Por allí pasaron Eugenio d’Ors, Enrique Jardiel Poncela, Carlos Arniches, Valle-Inclán o Benito Pérez Galdós. Fue este último quien mejor entendió el espíritu del lugar: un refugio para quienes necesitaban escribir o debatir en voz alta la España que nacía y se derrumbaba entre guerras y esperanzas.
Se decía que Valle-Inclán frecuentaba el Gijón porque el Café de la Montaña le parecía demasiado bullicioso. Prefería la frescura de sus terrazas, el rumor contenido del Paseo de Recoletos y esa luz dorada del atardecer que convertía cada tertulia en una escena de teatro.
El alma del Gijón y su metamorfosis
Con el paso de las décadas, el café cambió su aspecto sin perder del todo su esencia. En los años treinta, adoptó la moda de los cafés americanos, con barra y taburetes, dejando atrás las antiguas mesas de mármol. Aun así, siguió siendo un punto de encuentro de periodistas, dramaturgos y cineastas, un espacio donde el arte y la política se rozaban entre cafés cortados y vasos de anís.
En los últimos años, sin embargo, su público envejeció, y la pandemia aceleró el declive. El traspaso a un grupo empresarial de lujo ha generado inquietud entre quienes temen que el nuevo Gijón conserve el nombre, pero no la memoria.
Los nuevos dueños
El Grupo Cappuccino es una cadena dueña de restaurantes y cafeterías de primera calidad ubicados en los lugares más prestigiosos de las islas de Mallorca e Ibiza y en las ciudades de Madrid, Valencia, Marbella y Gstaad.
Entre sus propiedades se encuentran 14 Cappuccino Grand Café, dos Tahini sushi bar & Restaurant, el Wellies en Puerto Portals, y desde la primavera de 2018, el Hotel Cappuccino, ubicado en el centro histórico de Palma de Mallorca.
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