«El sueño eterno» (1946), el detective Marlowe de Raymond Chandler

«El sueño eterno» (1946), el detective Marlowe de Raymond Chandler

La química entre Bogart y Bacall es impresionante, uno se junta con otra persona para compartir cosas interesantes.

El guion de El sueño eterno es enredado y hay muchas muertes tras un chantaje de fotografías comprometedoras. Las hijas del millonario general son tan complicadas como la trama llena de giros del libro de Raymond Chandler.

Subirse a un taxi y preguntar por un boliche clandestino o un bar en otra comuna. Uno se siente como esos perros que se suben a un bus y se bajan cien cuadras más adelante. Tendrán idea de dónde están o mejor aún podrán regresar a la casa de su dueño.

«Siga a ese auto», le dice el detective Marlowe a una sensual taxista. Muchas veces nos subimos a un taxi sin saber cómo llegamos al lugar. Sin preocuparse por dónde estacionar, el chofer nos deja en esa esquina donde nos encontraremos con nuestra cita.

La femme fatale luce preciosa y es encantador no saber cómo terminará esta velada. Una conversación desafiante es lo más atractivo y hablar de la actriz que aparece en El sueño eterno (ver tráiler).

Howard Hawks escogía siempre a bellas actrices y en esta ocasión Lauren Bacall es la coprotagonista de Humphrey Bogart. Leonor viene saliendo de sus clases de actuación, un par de meses antes de viajar a Australia para perfeccionarse. Podría haber sido parte de esta fabulosa película filmada en blanco y negro, con imágenes de una profundidad de campo sorprendente.

Uno detiene el taxi, pero ahora es mucho menos intrigante. El chofer busca en la aplicación y una voz nos dice qué calles tomar. En el pasado no sólo se requería de un conductor, sino de sus conocimientos de la ciudad. Un taxista despistado no era sujeto de confianza y tampoco le ibas a contar algo luego de unas copas.

Con la tecnología actual ni siquiera el tiempo es un misterio. La pantalla del celular avisa que el destino está a veintidós minutos y el chofer dobla a derechas e izquierdas muchas veces. Si es de noche es probable que ni siquiera él sepa dónde estamos.

Con Leonor nos fuimos conversando de la película de ciencia ficción que fuimos a ver, pero yo preferí decirle que se convertiría en una gran actriz, su sentido estético es innegable, deberá olvidarse de sus cavilaciones existenciales.

Es una mujer inteligente que estoy seguro se va comer el mundo. Estudió sociología y le gusta analizar al entorno y sus habitantes. Pero creo que prefiere ser actriz y refugiarse tras personajes.

Encontrará su lugar en el mundo a través de las decenas de roles a interpretar. Ojalá con el tiempo pueda elegir los guiones, de alguna manera ya tiene su propio discurso.

Nos bajamos del Uber y vamos a cenar algo. Quizás volverá al país dentro de unos años. Me encanta reunirme con Leonor, la veo entusiasmada y es increíble su talento. También es una persona encantadora y generosa con los amigos.

El futuro es incierto, me siento ese perro que se bajó en un paradero al fin del mundo. Le digo que la acompaño en su presente, quizás en unos meses estará ocupada y no podremos ni siquiera conversar por wasap.

Desciendo del taxi, la última vez terminé drogándome en un hotel. Pero siento que le debo algo a Leonor, cierta confianza en que todo saldrá bien.

La química entre Bogart y Bacall es impresionante, uno se junta con otra persona para compartir cosas interesantes.

La película es realmente enrevesada y las imágenes de una belleza apabullante. Es curioso el título, El sueño eterno son las numerosas muertes que se van sucediendo, no tiene sentido contar una historia con tantas bifurcaciones.

Lo más seductor es descubrir que tras todos esos asesinatos siempre se trata de un romance. Los deseos tras las frases sin importancia de unos protagonistas que volverán a interpretar estos papeles en el futuro.

Humphrey Bogart estuvo hace unos años en otra escena similar. Un mundo paralelo que también transcurría durante la última guerra mundial. Entraba en un bar con un piano de fondo. «Tócala de nuevo», le pedía Ingrid Bergman al pianista en Casablanca. Ingresaba Rick como ahora ingresa Vivian a reunirse con este actor.

Otra explicación de este sueño eterno tiene que ver con cumplir tus deseos. Las películas nos hacen soñar, muestran ese camino que debes transitar con tus propios medios.

Ficha técnica

Título original: The big sleep

Año: 1946

Duración: 114 minutos

Producción: Estados Unidos

Dirección: Howard Hawks

Guion: William Faulkner, Leigh Brackett, Jules Furthman (Novela: Raymond Chandler)

Reparto: Humphrey Bogart, Lauren Bacall, John Ridgely, Martha Vickers, Dorothy Malone, Sonia Darrin, Regis Toomey, Elisha Cook Jr., Peggy Knudsen

Música: Max Steiner

Fotografía: Sidney Hickox (B&W)

Género: Cine negro

Calificación: 10/10