La Masacre Holandesa de sodomitas

Durante el s.XVII las Provincias Unidas de los Países Bajos se habían eran uno de los lugares más tolerantes de Europa y vivía su Edad de Oro. En sus casas se refugiaban los perseguidos por razones religiosas llegados de toda Europa y en sus mercados se mezclaban cristianos católicos, protestantes, judíos y musulmanes (que tenían en Ámsterdam la única mezquita de la Cristiandad). 

Pero tras la Paz de Utrecht en 1713 el país comenzó su decadencia militar y política. Había una seria epidemia entre el ganado y grandes inundaciones habían asolado el país. El invierno de 1731 una parte de los diques se hundieron a causa de un molusco desconocido hasta el momento para los neerlandeses: los teredos (también llamados Broma).

La Catedral de Utrecht se había hundido en 1674 tras una tormenta y durante años fue un famoso lugar de encuentro para hombres que buscaban sexo con otros hombres. En 1729, tras las quejas del sacristán de la catedral, el gobierno ordenó una investigación. Inicialmente se detuvo a un ex soldado de 22 años y a un sirviente llamado Zacharias Wilsma. Wilsma conocía bien los círculos de sodomitas en diversas ciudades, identificó a más de un centenar de hombres.

Los principales focos de cultura homosexual eran las afueras de las ciudades, a extramuros. Y las relaciones se daban en locales específicos y privados, habitualmente con espectáculos de travestis.

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Imagen de la broma en un panfleto holandés de 1733 . Explicaba que era una venganza de Dios por la abundancia de sodomitas en los Países Bajos.

El descubrimiento de redes de sodomitas por todo el país produjo una histeria generalizada tanto en las élites urbanas como en las clases bajas. La sodomía era vista como un pecado de católicos del que los protestantes estaban exentos. Cuál fue su sorpresa al ver que eran bastantes los protestantes que tenían relaciones con otros hombres. Y eso, unido al problema de la broma, el país fue inundado de panfletos, sermones y poemas que trataban de convencer a la población de que Dios estaba furioso por la rampante inmoralidad y acusaban de todos los males a los sodomitas. A la extensión de la histeria también colaboraron artistas gráficos realizando grabados sobre el tema.  

Los homosexuales de Ámsterdam revelaron tener una gran red de locales y contactos. En otras grandes ciudades como Londres y París ocurría lo mismo. Había prostíbulos masculinos (llamados «casas de diversión») y tabernas propias. También tenían su propia jerga, hablando de «salir a la oficina» cuando salían de las tabernas a los baños públicos para mantener relaciones sexuales, o de «trabajo sucio» cuando se referían al sexo anal. También empleaban motes femeninos para referirse entre ellos.

Hubo detenidos en las principales ciudades: Ámsterdam, La Haya, Róterdam, Haarlem… La histeria persecutoria tomó niveles exagerados y se extendió a ciudades menores.

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Las leyes referentes a la sodomía en las Provincias Unidas eran muy diferentes en las distintas provincias. Algunas ni siquiera tenían leyes explícitas. Sin embargo todas las provincias condenaron a muerte a los sodomitas, apoyándose en razonamientos religiosos.​ Se dice que se juzgaron a 250 hombres y más de 75 fueron ajusticiados. Solo en Ámsterdam en 1730 murieron 24 personas. En Utrech hasta 18 fueron estrangulados tras ser condenados a muerte.

En La Haya, Jan Backer y Jan Schut fueron ahorcados y quemados el 12 de junio de 1730. Ese mismo día otros 5 acusados fueron ahorcados y luego tirados a la mar con un peso de 50 libras atado a los pies. 

Algunos hombres de alta cuna que habían sido prevenidos y escaparon antes de ser detenidos. Pero hubo otros que no lograron huir y fueron condenados. Incluso se ordenó que aquellos que habían abandonado el país desde el 1 de mayo sin una razón aparente, debían ser exiliados si no aportaban alguna razón convincente.

Faan era una pequeña comunidad rural sin conexión conocida con las redes sodomitas. Rudolf de Mepsche era el señor de esa zona. El ambiente había sido caldeado por el clérigo local (partidarios de su rival político) con un panfleto de 1731, «Maldad infernal del terrible pecado de sodomía», en el que acusaba al papa y a los jesuitas de una conspiración diabólica para exterminar a la raza humana. Este clérigo calificaba a cualquiera que se opusiese a su punto de vista como «abogado del reino de Satán».

En abril de 1731, cuando el asunto ya se había tranquilizado en otras partes del país, comenzaron lo juicios en Faan. Un niño ciego de 13 años había acusado a otro de la misma edad. Los dos niños nombraron a 18 hombres de entre 15 y 20 años con los que afirmaban haber realizado juegos eróticos. En mayo se había detenido a 4 granjeros  partidarios de Clant. En septiembre 24 hombres y niños fueron condenados. Todos fueron ejecutados excepto dos: uno tenía 14 años, otro 15. 

Fue tal el alboroto que se formó entre la gente que Rudolf de Mepsche tuvo que llamar al ejército para que pusiesen orden. Los soldados estuvieron apostados a las afueras de la ciudad.

En abril de 1732 todavía había doce hombres en la cárcel esperando a ser juzgados. Hubo más amenazas y más arrestos. Finalmente, tras otra muerte, el gobierno provincial intervino y acusó a de Mepsche de mala conducta y él, el clérigo y sus colaboradores cayeron en desgracia.

El escándalo tuvo un eco en los periódicos de Francia, Inglaterra, Irlanda y Alemania, e incluso llegó a ser comentado en las colonias americanas. De hecho un periódico inglés había afirmado que los brutales procedimientos de los tribunales neerlandeses podían poner en peligro a inocentes y se les acusaba de usar los métodos de tortura de la Inquisición. Y las Provincias Unidas llegaron a enviar una queja al rey Jorge II de Inglaterra pidiendo que cerrase el periódico por difamar. 

Otras olas de persecución siguieron a esta en 1764 en Ámsterdam, en diversas ciudades en 1776 y en La Haya y Utrecht en 1797.

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Placa colocada en la ciudad de Utrecht en el lugar en el que estaba la antigua catedral derrumbada

Tambien hubo una cierta persecución de las lesbianas en los Países Bajos, aunque no tan fuerte como la de los hombres. De 1731 a 1811 (fecha de la introducción del código penal francés) sólo en Ámsterdam, se juzgó a 23 mujeres por ese delito.

La denominación «utrechtenaar», nombre dado a los habitantes de Utrecht, pasó a ser durante 200 años sinónimo de sodomita.

La ciudad de Utrecht se ha distanciado de los hechos y como gesto de desagravio se ha colocado una piedra en la plaza de la catedral, donde antiguamente se encontraba la nave de la antigua catedral y donde se encontraban los sodomitas, en la que se recuerda la persecución y que los hombres y las mujeres deberían tener la posibilidad de vivir su homosexualidad sin miedo a la persecución.

Escrito por Miguel de Unamuno

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