Carcharodon megalodon
Hace millones de años existió un tiburón tan monstruoso que podría tragarte entero sin necesidad de masticarte.
Este escualo titánico extinto de hace mucho tiempo se alimentaba de grandes ballenas, muchas especies, de hecho, todavía existen hoy en día, por lo que muchas personas empezaron a sospechar de que todavía existe. Sabemos que los dinosaurios se extinguieron porque no hay ninguno, pero realmente no hay pruebas más allá de lo que ya conocemos. Sabemos que los hechos ocurridos con el movimiento de continentes afectan al hábitat y eso mata especies, pero no es una ley universal, puede sobrevivir igualmente, y las profundidades marinas son la casa perfecta para el megalodon.
Casi todos los avistamientos de megalodon suceden en las aguas de Sudáfrica, de nuevo un patrón. Mucha gente afirma haber visto aletas dorsales de seis metros de altura. ¿Conocéis la frase de “sabemos más de la superficie lunar que de nuestro océano”? No es una exageración. Las profundidades abisales nos son terreno desconocido, allí abajo puede vivir cualquier cosa, y la falta de luz es perfecta para ocultar a un tiburón de 20 metros, saliendo sólo para alimentarse de las ballenas.
Pruebas de que el megalodón existe
Por muy escépticos que pretendamos ser, es un hecho que en las playas aparecen a menudo ballenas muertas. Muchas porque varan, otras, partidas por la mitad. No hay ningún depredador que sea capaz de causar esos daños, por lo que la única explicación racional es que el animal viajaba a máxima velocidad y se accidentó contra una roca afilada o… que haya un depredador que desconocemos. Como su extinción es solo teorizada, no podemos asegurar si existe o no hasta que realmente veamos uno. Cada cierto tiempo salen fotografías en internet y se inicia una batalla por su autenticidad. Pero, ¿no sería magnífico que una criatura tan asombrosa siguiera existiendo? Sea como fuere, si planeas hacer un viaje en barco por alta mar, ten en mente que su existencia, aunque no demostrada, sigue siendo una posibilidad y por lo tanto… una criatura así podría partir tu querido navío por la mitad de un mordisco sin ningún esfuerzo, y luego comerte. ¿No me crees?
Y el colmo llegó con el polémico documental de Discovery Max donde persiguieron al megalodon. Este documental se rio en nuestras caras porque muchos nos lo tragamos, nos la metieron doblada cuando fue todo un montaje. Pero, repito, si tienes pensado hacer un viaje en barco, yo me lo pensaría dos veces.
Titanoboa
Digamos que la Titanoboa es la versión reptil del megalodon. La Titanoboa fue la serpiente más grande que jamás haya existido. A su lado una anaconda parece una culebra de jardín. Juzga tú mismo:
Ahora imagina que te encuentras a esta cosa en tu jardín. Ya puedes ser un fan de los reptiles y tener lagartos y anacondas de mascota, que como te aparezca este monstruo en tu casa sales por patas antes de que la culebra te enseñe la lengua. Alcanzaba los 13 metros y llegaba a superar la tonelada de peso.
¿La titanoboa todavía existe?
Por supuesto, no podrían faltar los que opinan que sigue existiendo, pero a diferencia del megalodon es mucho menos probable. El Megalodon tiene kilómetros de agua para esconderse y donde nosotros no podemos llegar, pero la Titanoboa vive en tierra, donde es más fácil localizar a un animal, y más si tenemos en cuenta el enorme tamaño. ¿Dónde va a esconderse? Pero aun así, no faltan las fotografías de dudosa veracidad de gente que afirma haberla captado; curiosamente siempre son personas que ya creían en su existencia, interesante…
Aguila de Haast
Imagina que vas tan tranquilamente por el campo con tu hijo pequeño y llega un ave rapaz gigantesca y se lo lleva. Y luego viene otra y te lleva a ti. Fueron las mayores águilas de la historia. Tenía tres metros de envergadura y poseía la fuerza necesaria para cazar Moas, el animal del que hablaré a continuación.
El género Harpagornis se extinguió en el siglo XV por causa, como no, de los humanos. A diferencia de los otros dos que ya he mencionado, los seres humanos sí pudieron deleitarse con la majestuosidad del animal… para luego exterminarlo sin compasión.
A la izquierda, recreación a tamaño natural de un Águila de Haast. A la derecha, dibujo de un Águila de Haast cazando un moa.
Moa (Dinornithidae)
Los moas fueron una especie de aves australianas no voladoras similares a avestruces (los más grandes) o a kiwis (los más pequeños). Aunque por su tamaño y fuerza bien podrían matar a un ser humano, no eran agresivos. De hecho, el hombre contribuyó a su extinción, allá por el siglo XVI.
Como siempre, todavía hay gente que afirma haberlos visto. De hecho, últimamente se están dando muchos casos de avistamientos del tigre de Tasmania, extinto desde el siglo XX, pero que los moas hayan sobrevivido tanto tiempo desde que se declaró su extinción es poco probable. Los moas gigantes eran más altos que un avestruz.
Diplocaulus
Diplocaulus fue un anfibio prehistórico del periodo Pérmico, hace 270 millones de años. Era un pequeño tritón cuya cabeza tenía forma de bumerán. No era muy grande y muy probablemente la forma de su cabeza le traía más problemas que ayudas. Le ayudaba a tener un hidrodinamismo óptimo, pero lo más seguro es que le estorbara a la hora de maniobrar. Se cree que su clonación e introducción no afectaría al entorno natural actual, pero claro está, no es tarea fácil. Los amantes de la zoología antigua sueñan con tener de mascota a un Diplocaulus, y sí, todo por la forma de su cabeza.
Hace tiempo internet ardió después de haber circulado una fotografía de un Diplocaulus en un caldero muy realista. Pero como siempre, fue un montaje; muy bien hecho, todo hay que decirlo. Y por supuesto, todavía hay quien los está buscando creyendo en su existencia.
Escrito por Sun Wukong