El Yeti
Es gracioso que algo tan popular como el Yeti sea también el más negado. Pensadlo bien: el ornitorrinco es un bicho con cuerpo de nutria, cola de castor, pico de pato y patas de pingüino y nadie duda de que sea real, en cambio, la existencia de un simio de gran tamaño que vive en las altas montañas nadie se lo cree.
Venga, vale, el ornitorrinco se ha estudiado y clasificado, y el Yeti nunca se ha visto de cerca ni tampoco se ha capturado vivo. Pero un primate de tres metros tampoco es que sea precisamente un disparate.
Hay animales reales mucho más extravagantes, como veremos a continuación. Lo más triste de todo es que muchos se aprovechan de la leyenda del Yeti para crear bulos y difundirlos. El caso del Pie Grande (Bigfoot o Sasquatch) es un ejemplo. Absolutamente todos los avistamientos de Pie Grande son montajes y, de hecho, su leyenda surgió a partir de uno. Así que a los fans del Bigfoot, dejad los falsos ídolos y dedicaos a adorar al Yeti.
Los avistamientos del Yeti son principalmente en Nepal y en las montañas siberianas, por lo tanto, hay un patrón de hábitat. Este probablemente sea el críptido cuya existencia sea la más posible. ¿Qué pensáis vosotros?
Rods
Hace más de una década, un director de cine americano se quejó a su reparto de que unos artefactos blancos con forma de barra irrumpían en su escena, muy molesto, porque él no los veía con sus propios ojos mientras supervisaba el rodaje.
Rápidamente los rods se extendieron por la web con fotos de gente que los había capturado y también vídeos. Pero tan pronto como surgió su leyenda, fueron desmentidos. Los expertos en fotografía se juntaron con zoólogos para determinar que los famosos rods eran insectos normales que, al pasar por una cámara rápidamente, el número de fotogramas por segundo no era tan elevado como la velocidad del insecto y, por lo tanto, creaba la ilusión de un artefacto alargado con muchas alas. Lo mismo pasa si filmas aves en modo panorámico con las imágenes superpuestas entre sí, dando lugar a fotografías espectaculares como si fueran ciempiés voladores.
Pero al principio no fue tan sencillo. El primer argumento que dieron para desestimar su existencia fue que debería haber cadáveres de estas criaturas y no encontraron ninguno, pero los creyentes de los rods dijeron que pueden ser insectos, y estos al morir acaban desintegrándose o sirviendo de alimento de otro animal. ¿Cuál creéis que es la respuesta?
En la siguiente entrega hablaremos sobre animales extraordinarios del pasado: tiburones gigantes que comen ballenas, serpientes de más de 13 metros y una tonelada de peso, aguilas de 3 metros de envergadura…
Escrito por Sun Wukong