Santiago Ramón y Cajal es una de las mentes más brillantes del siglo XX español, de eso no hay duda alguna dada su contribución excelsa a la ciencia y teniendo el honor de ser el único premio nobel español en categorías de ciencia pura en la primera mitad del siglo XX.
Infancia y primeros años
Santiago Ramón y Cajal nació el 1 de mayo de 1852 en Petilla de Aragón, un pequeño enclave navarro rodeado por la provincia de Zaragoza. Hijo de Antonia Cajal y Justo Ramón Casasús, médico cirujano, pasó su infancia entre varios pueblos debido a los constantes traslados profesionales de su padre.
Su educación comenzó a los cuatro años en Valpalmas, y continuó en los Escolapios de Jaca, donde empezó a mostrar un talento precoz por el dibujo y la observación minuciosa, rasgos que más tarde serían esenciales en su carrera científica.
La universidad y sus primeros años como médico
Aunque desde pequeño mostró mucho interés por las artes plásticas, su padre insistió en que estudiara medicina. Así, Cajal ingresó en la Universidad de Zaragoza en 1870, donde se licenció en 1873. Poco después fue destinado como médico militar en Cuba durante la guerra colonial (1874–1875), experiencia que marcaría profundamente su vida y su salud.
Pero aquellos años de artista soñador se tradujeron en no pocas creaciones, sobre todo dibujos.
Se licenció en medicina en 1873, sus primeros destinos como médico fueron como médico militar durante la guerra de cuba de 1874 a 1875.
Al volver de la guerra, en 1875 se compra su primer microscopio, lo que marca el inicio de su actividad investigadora, la que de verdad le hará famoso.
Acaba el doctorado en 1877 en la universidad complutense de Madrid con un estudio titulado: Patogenia de la inflamación.
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Tras este hecho y completando este año con su ingreso en una logia masónica, comienzan unos años un tanto oscuros en su vida, hasta 1887, cuando se traslada a Barcelona para ocupar la cátedra de Histología de dicha universidad.
En 1889 se encumbra con la publicación de su trabajo sobre las redes neuronales y los tejidos cerebrales, trabajo conjunto con Golgi.
Desde 1892 también toma la cátedra de Histología y Anatomía patológica de la universidad complutense de Madrid.
En el periodo entre 1899 y 1904 se publica en fascículos su obra magna: Histología del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados.
Llego a estudiar con un nivel de detalle sin precedentes los componentes del sistema nervioso humano.
Durante su vida recibió multitud de premios, pero uno de ellos destaca sobre todos y es el premio Nobel que recibió conjunto con Camilo Golgi en 1906.
Santiago decidió jubilarse el 11 de octubre de 1922, lo que no le impidió seguir investigando y atendiendo alumnos, pero a un ritmo mucho más pausado, lo más conveniente debido a su edad.
En agosto de 1930 fallece por tuberculosis Siveria Fañanás su esposa, lo que supuso un durísimo golpe para el Santiago, persona humana.
Falleció el 17 de octubre de 1934 tras el agravamiento de una dolencia intestinal que debilito tanto su corazón que no lo pudo soportar más.
El legado de Ramón y Cajal
Si su contribución a la ciencia durante su vida fue importante, no lo fue menos su legado una vez fallecido.
Junto con su mujer dejo preparado el dinero para cuatro becas anuales para estudios de carreras relacionadas con la ciencia y la investigación.
Así mismo, y muy importante es que en su testamento lego al instituto Cajal sus herramientas y apuntes científicos, lo que posibilita no pocos avances en el futuro.
Hoy en día y desde el año 1977, uno de los mejores hospitales de Madrid que tiene un fuerte componente investigador, llega el nombre de una de las mentes más brillantes del siglo XX español, lleva por nombre Ramón y Cajal.
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