Si pensamos en el paisaje italiano se nos viene a la cabeza las blancas playas del sur, con ese aire mediterráneo. O quizás el Cinque Terre. Pero cerca de Roma existen unas marismas que hasta el pleistoceno estaban bajo el mar, y ahora las tenemos a la vista: las Lagunas Pontinas (Pomptīnus Ager en latín).
Y aunque pueda parecer un espacio natural más en el país vecino, las llamadas lagunas pontinas en la antigüedad tuvieron una importancia capital en el devenir del Imperio Romano.
Origen y leyenda
Dicen que las misteriosas Lagunas Pontinas nacieron por culpa de los celos de la diosa Juno. Al parecer, Júpiter se enamoró de la diosa Feronia y, consumida por el enojo, decidió castigarla.
Feronia no era cualquiera. Venerada por los etruscos, los sabinos y los falisci y adoptada después por los romanos, Feronia era una diosa encargada de proteger los bosques y la vida salvaje.
Pero cuando Juno descubrió el romance de Feronia con Júpiter, desató su rabia contra ella y arrasó un bosque entero, transformándolo en un lodazal oscuro.
El agua estancada ahí solo traía enfermedades. Ese lugar es hoy las Lagunas Pontinas. De un día para otro, los habitantes quedaron en la miseria.
Los rodeaba un paisaje que parecía abandonado por los dioses.

La historia fue contada de forma oral hasta que en 1784 Vicente Monti decide recogerla en su poema La Feroniade. Aprovechando el inicio de las obras de saneamiento de las Marismas Pontinas emprendidas por el Papa Pío VI1 quiso recoger en un mismo libro las antiguas historias que se contaban.
Orígenes geológicos
Las lagunas pontinas son un conjunto de marismas ubicadas en la actual regio del Lacio, cerca de Roma, y dentro de la provincia de latina. En la antigüedad estaban cubiertas por una gran laguna que, con el tiempo, fue drenada, dejando tras de sí tierras fértiles.
Los primeros intentos de recuperación documentados históricamente se remontan a los latinos, como lo demuestran los hallazgos de un amplio sistema de drenaje compuesto por galerías subterráneas con pozos, diseñadas para recuperar el territorio septentrional de la región pontina.
Y la importancia de este lugar se entiende observando la ubicación de las mismas, pues la Via Apita atravesaba las atravesaba y por ella circulaban cientos de viajeros en la antigüedad.
Se extienden entre las primeras estribaciones de las cordilleras de los montes Lepinos y Ausonios y el mar con una extensión de entre 16 y 26 km dependiendo de la zona.
Las Lagunas Pontinas en la antigüedad
Las lagunas en la época del esplendor de Roma como civilización eran el “gran huerto” cercano a la ciudad capitalina. La fertilidad de sus tierras tenía gran fama y, por lo tanto, la calidad de los productos allí cultivados era conocido en todo el imperio.
Apio el censor fue el primero en ver la importancia de la zona para la capital y en el año 312 A.C. construyó parte de la vía Apia, atravesando dichas zonas que en tiempos aún más remotos habían sido denostadas por la propensión a aparecer enfermedades infecciosas en la zona (como la malaria).
Hay que tener en cuenta que gran parte de la zona está bajo el nivel del mar y eso unido a su cercanía al citado espacio hacen que sean zona de muy difícil desecación.
Las Lagunas pontinas en la modernidad
Como ya hemos comentado desde tiempos antiguos los intentos por desecar al menos grandes zonas las lagunas fueron numerosos y a su vez infructuosos.
Grandes mentes de la antigüedad hicieron sus esfuerzos calculando las formas de llevar a cabo esa tarea que no consiguieron, mentes como Leonardo da Vinci lo intentaron.
Es en el comienzo del pasado siglo XX cuando se consiguió en gran parte dicho objetivo. Fue por medio de los planes del Consorzio della Bonifica di Latina, una organización más del gobierno de Benito Mussolini en el año 1928.
Consiguieron desecar gran parte de las lagunas y a cada colono que aceptó asentarse en esas tierras se le ofrecieron 40 hectáreas de terreno cultivable. Fruto de los esfuerzos del gobierno de Il cavaliere además de conseguir la desecación de la zona, también se fundaron varios pueblos en la misma, como Littoria o Sabaudia.
En el extremo norte de las Marismas Pontias se encuentra la cabeza de playa de Anzio. Lugar de una de las mayores batallas en suelo italiano de la II Guerra Mundial.
La zona en la actualidad.
En la zona en la actualidad se cultiva variadas especialidades de trigo, fruta y viñas, de las que se extrae uno de los mejores vinos de la zona centro de la península itálica, posible gracias a un sistema de acueductos y canalizaciones que hacen una eficiente labor de regadío de la zona.
Claro, aquí tienes el texto reescrito sin voz pasiva y con un tono más activo y humano:
Gracias a la gran actividad económica de la zona, hoy viven ahí cerca de medio millón de personas. Lo que en la antigüedad era un lugar despreciado, ahora se ha convertido en uno de los mejores vergeles del centro de Italia.
- Uno de los proyectos más ambiciosos del Papa Pío VI fue sanear las Lagunas Pontinas, intentando sacarlo del abandono y devolverle algo de vida a esa tierra maldita por Juno. ↩︎