Leer para sanar: la catarsis en «Tan poca vida»

Leer para sanar: la catarsis en «Tan poca vida»

En La Poética, Aristóteles define la catarsis como una liberación emocional que experimenta el público al presenciar una tragedia. Se trata, sobre todo, de liberar temor y compasión. En este artículo nos vamos a centrar en esa purga emocional provocada por la novela Tan poca vida de la autora Hanya Yanagihara (2015).  Hace unos meses […]

En La Poética, Aristóteles define la catarsis como una liberación emocional que experimenta el público al presenciar una tragedia. Se trata, sobre todo, de liberar temor y compasión. En este artículo nos vamos a centrar en esa purga emocional provocada por la novela Tan poca vida de la autora Hanya Yanagihara (2015). 

Hace unos meses hablamos sobre los beneficios de exponernos al miedo a través del cine de terror en Cine de terror: el placer del miedo. Hoy continuamos con esta temática, pero desde la tristeza y el sufrimiento y usando una obra que, desde mi experiencia, genera una verdadera catarsis.

La catarsis en Tan poca vida de Hanya Yanagihara

Tan poca vida relata la historia de cuatro amigos que viven en Nueva York: Jude, Malcom, JB y Willem y abarca unos 30 años, desde su juventud como estudiantes hasta su vida adulta. El personaje principal es Jude, el cual vive diferentes desgracias a lo largo del libro: soledad, depresión, maltrato y mucho más que no puedo revelar para evitar spoilers. Todas estas experiencias del protagonista son las que hacen que el lector viva esa catarsis de la que hablábamos.

Jude es un personaje muy complejo. Es un abogado de éxito, reconocido y admirado por todas las personas que le rodean, pero que arrastra desde la infancia traumas muy graves que influyen en su forma de relacionarse. Además, es reservado, perfeccionista, exigente consigo mismo y tiene muchas dificultades para aceptar la ayuda de los demás. Esta contradicción —ser exitoso por fuera, pero estar destrozado por dentro— genera en el lector una fuerte sensación de impotencia. La autora refleja la imagen de alguien que, a pesar de haber conseguido todo lo que socialmente se valora, sigue sintiéndose roto. 

Aunque Jude es el centro de la histori͏a, la nove͏la también funciona gracias a ͏l͏a profundidad del resto de personajes: Willem, JB y ͏Malcolm. Cada uno mu͏estra una manera diferente de apoyar, acompañar y querer al personaje principal. Willem, su mejor amigo, es un actor y tal vez el ͏persona͏je más comprensivo y firme͏, cuya ͏conexión con Jude p͏asa po͏r ͏varias etapas. JB, en camb͏io, es͏ un artista͏ con imp͏ulsos y algo engreído, con ratos d͏e b͏ondad pero tamb͏ién de egoísmo. ͏Malcolm, el más discreto del grupo, hace de enlace entre todos y representa una amistad que, aunque es men͏os intensa, sigue siendo valiosa y duradera.

La catarsis de Aristóteles

En Tan poca vida, el sufrimiento no cesa; es un dolor constante y, para el personaje, a veces es insoportable. De hecho, muchas personas, cuando lo terminan, hablan de “brutalidad emocional” y otras, en cambio, no consiguen terminarlo. En este punto, nos preguntamos: ¿exponerse a tanto dolor puede ser beneficioso? Según Aristóteles, sí. La catarsis permite procesar emociones propias, intensas y negativas. Al identificarnos con personajes como Jude, vivimos esos sentimientos, pero de forma indirecta, liberándonos de ellos sin sufrir consecuencias reales.

Además, Aristóteles veía la catarsis como algo positivo no solo para la salud mental, sino también para el desarrollo ético. Ayuda a controlar emociones, tomar mejores decisiones y mantener el equilibrio social. Un aspecto esencial en toda su obra.

¿Qué dice la psicología sobre la catarsis?

Por otro lado, ¿qué dice la psicología sobre la catarsis? Según los expertos, la catarsis es clave en el proceso terapéutico (Nichols & Zax, 1977). Consiste en recordar, revivir y hablar sobre una experiencia traumática, lo cual ayuda a reducir su impacto emocional y a sanar (Freud, 1910). Eso sí, siempre dentro de un entorno controlado y con profesionales. Esto también sucede cuando lo revivimos a través de los personajes de una película, obra teatral, libro… 

Freud (1910) también habló de la catarsis como una herramienta fundamental en terapia. Para él, permitir que los pacientes muestren las emociones que habían reprimido durante mucho tiempo es esencial para el alivio del sufrimiento psicológico. Con el paso del tiempo, este concepto ha ido evolucionando y, actualmente, el proceso de liberar emociones se ha convertido en lo que conocemos como inteligencia emocional, un concepto desarrollado por Salovey y Mayer (1990). Este se refiere a la capacidad de reconocer, comprender, manejar y expresar adecuadamente las emociones propias y ajenas. 

¿Cómo se manifiesta la catarsis a lo largo de la novela?

Tan poca vida tiene varios elementos que intensifican la catarsis. En primer lugar, es una obra de 1.008 páginas, es decir, es un libro extenso. Esto permite al lector crear un vínculo muy cercano con Jude y sus amigos y vivir más de cerca su dolor. ¿Por qué pasa esto? Según Peter Singer (1981), nuestro círculo moral crece cuando sentimos empatía por personas lejanas o desconocidas. Esto significa que somos capaces de preocuparnos y sufrir por otros, incluso si no les conocemos personalmente, mejorando así nuestra capacidad de sentir compasión. En la literatura sucede igual: cuanto más tiempo pasamos con un personaje —como ocurre en novelas largas—, más cercano se vuelve y, por lo tanto, se estrecha la distancia moral entre el espectador y el protagonista. Esto permite una catarsis más profunda.

Por otro lado, es importante destacar que, en esta lectura, la catarsis no surge de un evento trágico puntual, sino de un cúmulo de sucesos; en otras palabras, de la acumulación de experiencias y problemas que el lector comparte con Jude a lo largo del tiempo. La empatía se cultiva lentamente, no de forma inmediata; por eso es más elaborada y profunda.

Finalmente, a diferencia de lo que acostumbramos a ver en películas o libros, Tan poca vida transmite un sufrimiento intenso porque la persona nunca es “recompensada” emocionalmente con un momento de felicidad o superación por parte del protagonista. La narrativa se mantiene firme en el dolor y la dificultad, sin ofrecernos un alivio real, que suele ser común en otros relatos. 

La catarsis y sus efectos negativos

Por otro lado, algunos expertos han señalado los riesgos de exponerse a obras tan intensas como Tan poca vida, especialmente si la persona está pasando un momento vital complicado. Por ejemplo, Martha Nussbaum (1994) explica que, aunque las emociones en la literatura ayudan a la formación ética, también pueden ser desestabilizadoras y moralmente exigentes. Además, señala que la exposición prolongada a emociones complejas no siempre purifica, sino que puede causar experiencias dolorosas.

Es decir, este libro también muestra los límites y peligros del proceso emocional de la catarsis. La exposición continua al sufrimiento de Jude puede resultar agotadora y generar un gran dolor. Esto nos lleva a reflexionar sobre cuándo la catarsis deja de ser curativa y se convierte en una carga difícil de soportar para el lector.

¿Te atreves a leer Tan poca vida?

En mi opinión, antes de empezar Tan poca vida, creo que es importante saber que no es un libro fácil. No solo por su extensión, sino por lo duro que resulta emocionalmente. Hay que leerlo con calma, sin prisas y estar preparado para hacer pausas cuando lo necesites, porque en algunos momentos puede llegar a desbordar.

Lo que más me impresionó es cómo Hanya Yanagihara habla de la amistad, el amor y el cuidado entre personas de una forma muy real, muy humana. No idealiza las relaciones, pero consigue mostrar lo importantes que son cuando alguien está roto por dentro. El nivel de detalle con el que construye a los personajes y sus emociones hace que no puedas dejar de leer.

Es una novela que te remueve por dentro. Hay partes que son realmente duras, de esas que te dejan con un nudo en el estómago, pero también hay momentos de ternura, de luz, que hacen que todo ese sufrimiento tenga sentido. 

En resumen, Tan poca vida es de esos libros que no se olvidan. Te toca, te hace pensar y te deja con la sensación de haber vivido algo muy intenso. No es solo una lectura, es una experiencia emocional que, aunque duela, te enriquece.

Hanya Yanagihara, autora de Tan poca vida

Bibliografía

Aristóteles. (1895). Poetics (S. H. Butcher, Trans.). Macmillan.

Freud, S. (1910). The cathartic method. In J. Strachey (Ed. & Trans.), The standard edition of the complete psychological works of Sigmund Freud (Vol. 7, pp. 141–156). Hogarth Press.

Nichols, M. P., & Zax, M. (1977). Catharsis in psychotherapy. Gardner Press.

Nussbaum, M. C. (1994). The therapy of desire: Theory and practice in Hellenistic ethics. Princeton University Press.

Salovey, P., & Mayer, J. D. (1990). Emotional intelligence. Imagination, Cognition and Personality, 9(3), 185–211.

Singer, P. (1981). The expanding circle: Ethics and sociobiology. Farrar, Straus and Giroux.

Yanagihara, H. (2015). A little life. Doubleday.